Algunos pueden sentirse sinceramente chocados de que Odebrecht pueda seguir trabajando en el Perú, pero lo contrario nos hubiera expuesto al riesgo de que no se garantice la colaboración de sus ejecutivos.
(Fiscales del equipo Lava Jato interrogan hoy a ejecutivos de Odebrecht, en el marco del Acuerdo firmado el viernes).
Durante la semana que comienza fiscales del caso Lava Jato interrogarán a ejecutivos de la empresa Odebrecht en el marco de un Acuerdo de Colaboración y Beneficios que no tiene precedentes en nuestra historia judicial. La firma del Acuerdo ha requerido una laboriosa negociación, pero también ha dado lugar a un torrente de críticas y exageraciones. La congresista Yeni Vilcatoma, superándose a sí misma, ha reprochado a su compañero de bancada, Miguel Torres por haber afirmado que el Acuerdo “es un paso importante para conocer la verdad”. Vilcatoma reconoce sin embargo que aspectos del Acuerdo, como el monto de la reparación civil, han sido establecidos en base a la ley 30737 votada con el apoyo de Fuerza Popular. Pero no duda en increpar a Torres: “Debería darte vergüenza”. Vilcatoma afirma que todos los que firmaron esa ley deberían ser investigados.
Un acuerdo es siempre fruto de concesiones recíprocas. Algunos pueden sentirse sinceramente chocados de que Odebrecht pueda seguir trabajando en nuestro país, pero lo contrario nos hubiera expuesto al riesgo de que la empresa brasileña se declare en insolvencia y que en consecuencia no pueda pagar ni la reparación ni la deuda tributaria. Y peor aún, que no garantice la colaboración de sus ejecutivos con la investigación judicial peruana. Hay precedentes de grandes empresas que han reconocido sus prácticas corruptas (Volkswagen, General Electrics, entre muchas otras) y a las que se ha permitido seguir trabajando: se sanciona personas no instituciones. En nuestro caso, sabremos si el Acuerdo ha sido beneficioso para el Perú si contribuye a establecer las responsabilidades penales de las autoridades que nos han gobernado desde el 2001.
La Junta Nacional de Justicia
Al final todos los caminos llevan a nuestro sistema judicial. Por eso es relevante que el presidente promulgue la ley que crea la Junta Nacional de Justicia. También se le ha hecho reproches. El Defensor del Pueblo ha dicho que sus imperfecciones pueden ser mejoradas sin que se postergue el inicio de su vigencia. A la Junta le espera un enorme trabajo, en primer lugar de revisión de las decisiones tomadas por el desactivado Consejo Nacional de la Magistratura. Pero también debe sancionar a jueces y fiscales que siguen beneficiándose del limbo jurídico en que se han instalado. Por eso es importante que quede constituida cuanto antes la Comisión Especial de siete miembros que organizará el concurso público y meritocrático para elegir a los miembros de la Junta.
Papa Francisco
Y a propósito de grandes reformas dirigidas a restablecer la confianza, es importante destacar el caso de la Iglesia Católica. La más antigua institución aparecida en el Occidente ha sufrido una grave crisis por su falta de transparencia para reaccionar ante las denuncias de abusos sexuales, en particular contra niños. Un momento importante en la toma de conciencia del tema se vivió durante la visita del Papa Francisco a Chile, donde se le ocultó la gravedad de los hechos. Francisco convocó a todos los obispos chilenos al Vaticano, después de poner sus cargos a la disposición del Pontífice.
Entretanto el Papa ha reaccionado con severidad en más de diez países, recordando una de las frases más duras del evangelio según Lucas: “¡Ay de aquel que escandalice a un niño! Más le valiera atarse una piedra de molino al pecho y echarse al mar”. Este fin de semana el Papa decidió imponer la máxima sanción a un poderoso cardenal de Estados Unidos, Arzobispo emérito de Washington, Theodore McCarrick. ¡Un príncipe de la Iglesia tratado como a cualquier otro ser humano! No se había visto algo así desde hace más de cien años.
Las cosas como son
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