China ha optimizado el espacio disponible en los desiertos, y cuenta con la planta de energía solar más grande del mundo. Se extiende sobre 1200 kilómetros cuadrados en el desierto de Tengger, la zona fronteriza entre el norte de China y Mongolia, y la conocen como “La Gran Muralla” de los paneles solares.
La energía solar está comenzando a ganar relevancia como fuente renovable, y son muchos los países que desarrollan sistemas que aprovechen este recurso para extender el beneficio a la industria y el consumo interno. China es, quizás, la nación que mejor ha implementado su red de captación de energía, y es la que más potencia genera con la luz solar en el mundo.
Es el Parque Solar del Desierto de Tengger, al norte del subcontinente, y logra una extensión de 1200 kilómetros cuadrados. Si lo ponemos en perspectiva, mide la mitad del espacio que ocupa Lima u otras capitakes de udamérica, como Bogotá o Santiago.
Solo en placas solares, la superficie de esta planta es de 43 kilómetros cuadrados, y obtiene hasta 1547 MegaWatts de energía. Ha sido construida en 2015, y es parte del un megaproyecto del país oriental que busca reemplazar con energía eléctrica la mitad de combustible en sus procesos para el 2040. De hecho, los países asiáticos han gestionado de manera tan eficiente el enorme espacio que tienen en los desiertos y zonas inhabitadas, que 9 de las diez plantas solares más grandes del mundo se concentran en China e India.
Latinoamérica cuenta con plantas extensas, como el parque solar Villanueva en México, Pirapora en Brasil o El Romero en Chile. En el caso del Perú, la planta solar Rubí de Moquegua produce poco más de 180 Mega Watts. El proceso de implementación comienza a dinamizarse, y son los desiertos los espacios idóneos para la captura y el proceso de la energía solar, que ya comienza a abaratar costos de producción en más de 60 países.
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