Entre los síntomas se encuentra la pérdida de memoria a corto plazo, vómitos, dolores de cabeza, mareos, irritación y, según algunos especialistas, depresión ocasionada por la reducción un antidepresivo natural en el cerebro.
La proliferación de aparatos electrónicos junto con las redes WiFi han ocasionado un mal que puede afectar a la salud de las personas, se trata de la electronsensibilidad, una enfermedad que aún no es declarada oficial por parte de la Organización Mundial de la Salud, pero apunta a convertirse en parte de nuestras vidas.
Se cuenta con pocos datos relacionados a la electrosensibilidad, sin embargo, existen algunos estudios realizados por científicos independientes que advierten que esta enfermedad puede afectar a una de cada mil personas. Por su parte, el Consejo Europeo ya ha advertido sobre el peligro de este tipo de ondas.
Entre los síntomas se encuentra la pérdida de memoria a corto plazo, vómitos, dolores de cabeza, mareos, irritación y, según algunos especialistas, depresión ocasionada por la reducción de serotonina que provoca en el cerebro, un antidepresivo natural.
Por su parte ya existen iniciativas que han logrado proteger en el ámbito legal personas electrosensibles, como el caso de Minera Palomar, mujer que sufre desde hace 15 años de este mal y que consiguió que un juez le concediera incapacidad permanente.
En países como Suecia, la electrosensibilidad ha sido reconocida como enfermedad. Así también su papel en la baja producción de los trabajadores, por ello han creado una serie de protocolos y normas que impiden la colocación de antenas cerca personas, entre otras disposiciones.
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