´Hay más posibilidades de sobrevivir de lo que la gente cree´, asegura un anónimo funcionario del Gobierno de Estados Unidos, que participa en la planificación de la respuesta civil a un ataque.
Ante el miedo a la muerte, el primer instinto es huir, pero si pensamos en un escenario fatalista como una explosión nuclear, un consejo sometido a análisis científico da cuenta que hay más probabilidades de mantenerse con vida, si se busca refugio en un edificio estable antes que salir corriendo despavorido.
"Hay más posibilidades de sobrevivir de lo que la gente cree", asegura un anónimo funcionario del Gobierno de Estados Unidos, que participa en la planificación de la respuesta civil a un ataque, citado por The New York Times.
"La clave es evitar la lluvia radiactiva" para incrementar las posibilidades de supervivencia, afirma la fuente citada por El País.com.
En junio pasado, Washington envió a los responsables de emergencia en todo el país una guía de 130 páginas sobre la respuesta a un ataque nuclear, en el que se subrayaba la importancia de preparar a la población antes de cualquier incidente.
La guía publicada por el Gobierno estadounidense explica que, al refugiarse, la gente debe esperar permanecer dentro entre 12 y 24 horas, tiempo durante el cual la intensidad de la radiación irá bajando de forma significativa. Aconseja no salir del lugar en las 24 horas siguientes a la detonación a menos que así lo indiquen las autoridades, aunque en algunos casos, puede ser mejor evacuar el lugar, por ejemplo a las 12 horas, por necesidades médicas.
"Incluso en zonas donde no se advierte la lluvia radiactiva, es aconsejable refugiarse hasta que se conozcan claramente las áreas afectadas. De lo contrario, los evacuados pueden verse atrapados en el exterior cuando llegue la lluvia radiactiva o salir sin darse cuenta de un área no afectada y entrar en una afectada", indica.
Asimismo, la guía refiere que la capacidad de protección de un refugio dependerá de la cercanía de la zona cero y del material. Los más recomendables incluyen hormigón, ladrillo y piedra, mientras que la madera o las planchas metálicas proporcionan una protección mínima.
Según el experto en protección radiológica Brooke Buddemeier, del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (California), el mayor peligro de la lluvia radiactiva pasa entre las seis y las 24 horas tras la explosión.
"No puedes correr más que una nube radiactiva", dice Buddemeier, que afirma que las muertes por esa causa son "100% evitables". En caso de una explosión, si los habitantes de Los Ángeles que están a una milla o más de la zona cero no se refugiaran, morirían o caerían enfermas unas 285.000 personas, calcula.
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