Científicos de la NASA alistan el radar Goldstone de unos 2 metros por pixel, lo que podría ayudar a conocer detalles de la superficie del asteroide, su forma y sus dimensiones.
Los astrónomos esperan poder estudiar de cerca el asteroide "2005 YU55" que pasará mañana entre la Tierra y la Luna, a la distancia más corta registrada en los últimos 200 años.
El Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA ya ha advertido de que el asteroide, que tiene el tamaño de un portaaviones, no supone un peligro para la Tierra, y será una buena oportunidad para estudiarlo de cerca.
Se espera que "2005 YU55" pase a 324.000 kilómetros de la Tierra, una distancia algo menor que la que separa al planeta de su satélite natural.
Las antenas del Centro de vigilancia del espacio profundo de la NASA situado en Goldstone (California) y el radar del observatorio de Arecibo, situado en Puerto Rico, han seguido el recorrido del asteroide durante la última semana.
Los científicos de la NASA esperan obtener imágenes del radar de Goldstone de unos 2 metros por pixel, lo que podría ayudar a conocer con un detalle inusitado cómo es la superficie del asteroide, su forma, sus dimensiones y otras propiedades físicas.
La NASA explica que cada día la Tierra es "bombardeada" con más de 100 toneladas de polvo y partículas cósmicas. Aproximadamente, una vez al año un asteroide del tamaño de un vehículo entra en la atmósfera creando una bola de fuego que se deshace antes de llegar a la superficie.
Esta no es la primera vez que "2005 YU55" se ha cruzado en el camino de la NASA. El asteroide fue detectado y seguido por el observatorio de Arecibo en abril de 2010, cuando se encontraba a unos 2,3 millones de kilómetros.
El radar logró captar una imagen con una resolución de 7,5 metros por pixel que reveló que tiene una forma casi esférica y un diámetro de unos 400 metros, además gira lentamente y tiene un periodo de rotación de 18 horas.
Los astrónomos aseguran que la trayectoria del asteroide está bien definida, por lo que no hay peligro de que se desvíe de su recorrido en torno al Sol, y señalan que su influencia gravitatoria no tendrá ningún efecto detectable en la Tierra.
EFE
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