Los cambios químicos detectados podrían ayudar a médicos a identificar personas con riesgo de obesidad y modificar sus hábitos en la juventud para evitar que se conviertan en obesos.
Los científicos han descubierto que determinados cambios químicos en el ADN podrían estar vinculados con ciertos factores de riesgo de obesidad, según un artículo publicado hoy en la revista internacional Science Translational Medicine.
Estos cambios químicos o epigenéticos detectados por los científicos podrían ayudar a los médicos a identificar tempranamente individuos con riesgo de obesidad y modificar su dieta y sus hábitos en la juventud para evitar que se conviertan en obesos.
Según explican en el artículo, la mayoría de los estudios genéticos de enfermedades se han centrado en el lenguaje escrito del ADN, conocido como secuencia del ADN, y han tenido éxito parcial en hallar genes vinculados a enfermedades comunes.
El doctor Andrew Feinberg y sus colegas descubrieron que los humanos portan distintas etiquetas de grupo metil en su ADN que permanecen estables a lo largo del tiempo.
Estas etiquetas actúan además como una "huella epigenética", capaz de distinguir a una persona de otra y según han descubierto en algunas partes del genoma podría estar asociada con el índice de masa corporal (BMI).
Los investigadores midieron la metilación del ADN en el genoma de 74 individuos de los que tomaron dos muestras cada una con 11 años de diferencia y descubrieron que aunque en algunos sitios la metilación cambió a lo largo de los años, varios genes se mantuvieron estables.
En concreto, el equipo descubrió metilación de ADN estable en 13 genes que tienen conocidas asociaciones con la obesidad y la diabetes, con lo que si se hicieran análisis a tiempo para detectarlos, se podría dar el tratamiento temprano adecuado a estas enfermedades.
EFE
Estos cambios químicos o epigenéticos detectados por los científicos podrían ayudar a los médicos a identificar tempranamente individuos con riesgo de obesidad y modificar su dieta y sus hábitos en la juventud para evitar que se conviertan en obesos.
Según explican en el artículo, la mayoría de los estudios genéticos de enfermedades se han centrado en el lenguaje escrito del ADN, conocido como secuencia del ADN, y han tenido éxito parcial en hallar genes vinculados a enfermedades comunes.
El doctor Andrew Feinberg y sus colegas descubrieron que los humanos portan distintas etiquetas de grupo metil en su ADN que permanecen estables a lo largo del tiempo.
Estas etiquetas actúan además como una "huella epigenética", capaz de distinguir a una persona de otra y según han descubierto en algunas partes del genoma podría estar asociada con el índice de masa corporal (BMI).
Los investigadores midieron la metilación del ADN en el genoma de 74 individuos de los que tomaron dos muestras cada una con 11 años de diferencia y descubrieron que aunque en algunos sitios la metilación cambió a lo largo de los años, varios genes se mantuvieron estables.
En concreto, el equipo descubrió metilación de ADN estable en 13 genes que tienen conocidas asociaciones con la obesidad y la diabetes, con lo que si se hicieran análisis a tiempo para detectarlos, se podría dar el tratamiento temprano adecuado a estas enfermedades.
EFE
Comparte esta noticia