En un intento por solucionar los problemas derivados del cambio climático, los expertos apuestan por asumir los desafíos que plantean las zonas mal adaptadas al calentamiento global.
Los científicos alertan de que tanto la temperatura de la superficie terrestre y de los océanos como el nivel del mar, la concentración de gases de efecto invernadero y las emisiones de CO2 han aumentado a niveles históricos desde mediados del siglo XIX.
Durante la Conferencia Internacional Científica "Nuestro futuro común bajo el cambio climático", celebrada hoy en París a cinco meses de que la capital francesa acoja la próxima cumbre sobre este problema (COP21), varios expertos analizaron los desafíos y retos medioambientales en los próximos años.
Thomas Stocker, profesor de física medioambiental en la Universidad de Berna, aseguró en una ponencia que estos cambios forman parte de "un contexto histórico en el que la influencia del ser humano es evidente".
Desde 1850 se aprecia que el nivel de CO2 ha pasado de 280 partículas en suspensión a casi 400 en 2012.
Por otro lado, la media de la temperatura global de océanos y de la superficie terrestre acumulada ha aumentado de -0,6 grados centígrados en 1850 a 0,2 grados centígrados en 2012, mientras que el nivel del mar ha pasado de en torno a -0,15 metros en 1900 a 0,05 metros en 2005, de acuerdo con datos de la ONU.
Stocker subrayó la necesidad de reducir las emisiones de dióxido de carbono entre un 40 % y un 70 % antes de 2050 para mitigar los efectos del aumento de la temperatura global y limitar el calentamiento a 2ºC por encima de los niveles preindustriales.
En la misma línea, Sandrine Bony, miembro del Laboratorio de Meteorología Dinámica francés, resaltó la importancia de acelerar los procesos de investigación para reducir el impacto del cambio climático.
Para ello, instó a la comunidad científica a profundizar en el análisis del comportamiento de la atmósfera y los océanos ante el calentamiento "como aspecto fundamental para evitar futuras sorpresas".
Otro de los efectos de este creciente aumento de la temperatura se aprecia en el progresivo deshielo del Ártico, "una de las zonas más vulnerables del planeta", según Vladimir Kattsov, director del Observatorio Geofísico Principal del Servicio Federal de Hidrometeorología y Supervisión Medioambiental de Rusia.
El impacto negativo también se aprecia en el comportamiento de distintas especies, como por ejemplo las flores que alteran sus procesos naturales en función de las variaciones anormales de temperatura de cada estación.
"Los inviernos calurosos hacen que se retrase el proceso de floración, que incluso puede que no se llegue a producir si en primavera se experimentan temperaturas demasiado altas", asegura Camille Parmesan, profesora de Biología en la Universidad de Texas (Estados Unidos).
En un intento por solucionar los problemas derivados del cambio climático, los expertos apuestan por asumir los desafíos que plantean las zonas mal adaptadas al calentamiento global y superar algunas aproximaciones científicas erróneas.
"El ejemplo emblemático de este hecho es la creencia de que las islas del mar de Coral (en Oceanía) se erosionan por ser muy vulnerables al aumento de la temperatura. La realidad muestra lo contrario y es que el 83 % de estas islas se ha expandido o mantenido en los últimos 40 años", afirma Virginie Duvat-Magnan, investigadora en la universidad francesa de La Rochelle.
EFE
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