Un equipo científico inglés utilizó un esqueleto hallado en 1909 para crear la réplica más precisa del hombre prehistórico. Le agregaron músculos, pelo, y un rostro para ´humanizarlo.
En 1909 en La Ferrassie, Francia, hallaron los restos de un grupo de Neandertales y uno de los esqueletos más completos era de un varón adulto, al cual se le dio el nombre de La Ferrassie 1. Según un artículo de BBC Mundo, es uno de los descubrimientos más importantes en la antropología.
Uno de los principales aportes en el estudio de La Ferrassie 1 fue que, observando los huesos de la pierna y pie, se llegó a la conclusión que el Neandertal caminaba erguido, a diferencia de lo que sostenían teorías anteriores.
Liderados por Jez Gibson-Harris, diversos especialistas se dividieron tareas para la reconstrucción del modelo. Gran parte del esqueleto estaba intacto, aunque faltaban la garganta, las costillas, la pelvis y trozos de la espina dorsal.
El paleoartista estadounidense Viktor Deak llenó los huecos con copias de los huesos de Neandertal encontrados en la cueva de Kebara en Israel en 1982. Esa vez habían hallado un esqueleto casi completo salvo por el cráneo y pedazos de piernas.
Luego, con el esqueleto ya armado y firme, le añadieron músculos teniendo en cuenta la forma y tamaño de los huesos.
“La Ferrassie 1 se ve fuerte, gordo y bien formado. Pero realmente muy bajo de estatura”, dijo Gibson-Harris.
Al mismo tiempo, la forma en que los dientes estaban unidos ayudó a determinar la forma de la cara. Además, realizaron estudios que según la edad de la dentadura sugieren que los niños Neandertales envejecieron más rápido que los humanos modernos y esa podría ser la razón de su extinción. Por último, agregaron la cabeza y el vello corporal.
Tardaron dos meses y medio para recrear a La Ferrassie 1. “Ponerlo en carne tiene un efecto humanizador”, dijo John Hawks, antropólogo de la Universidad de Wisconsin, impresionado por el resultado.
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