En Nueva York trabajan molécula que podría tener posibles efectos en el tratamiento de recuerdos traumáticos o en la mejora de la memoria y el aprendizaje.
Científicos de un centro perteneciente al sistema universitario estatal en Nueva York trabajan con un fármaco que, aplicado a una molécula en el cerebro, borra cierta información, según un artículo que publica hoy The New York Times.
El fármaco, denominado ZIP y que se ha utilizado con animales, bloquea la actividad de una molécula que el cerebro aparentemente necesita para retener una gran parte de información aprendida.
El experto en neurociencia, Todd Sacktor, que lidera el grupo investigador en el centro médico de SUNY Downstate, con sede en Brooklyn, declaró al rotativo que, si esa molécula es tan importante como parece, podía tener posibles efectos en el tratamiento de recuerdos traumáticos, de adiciones o en la mejora de la memoria y el aprendizaje.
Sacktor ha descubierto que una molécula denominada PKMzeta está presente y se activa en las células cuando reciben signos de una neurona cercana, lo que decidió a su equipo a estudiar esa sustancia y la importancia que podía tener en la conducta.
En esa investigación ha contado con la colaboración del doctor André Fenton, que pertenece a ese mismo centro universitario y que estudia la memoria espacial en ratones y ratas.
En sus estudios, Fenton ha enseñado a ratas a recordar la ubicación de objetos y a moverse por una pequeña cámara de manera que eviten una pequeña descarga eléctrica en sus patas.
Una vez aprendidos esos movimientos, los animales sortean el peligro incluso un mes después de no haber estado en la cámara.
Sin embargo, una vez que se les ha inyectado en el cerebro el fármaco ZIP, que interfiere con la molécula PKMzeta, las ratas olvidan lo aprendido.
En otro experimento realizado por investigadores del Instituto Weizmann de Ciencia, en Israel, se descubrió que una dosis de ZIP incluso llevaba a las ratas a olvidar un sabor que tres meses antes les producía gran trastorno.
El rotativo explicó que hasta ahora la investigación se ha hecho sólo con animales, pero agregó que los científicos consideran que el sistema de memoria probablemente trabaja de forma casi idéntica en las personas.
"Esta probabilidad de editar la memoria tiene enormes posibilidades y suscita asuntos éticos muy importantes", declaró al diario el doctor Steven Hyman, de la Universidad de Harvard. EFE
El fármaco, denominado ZIP y que se ha utilizado con animales, bloquea la actividad de una molécula que el cerebro aparentemente necesita para retener una gran parte de información aprendida.
El experto en neurociencia, Todd Sacktor, que lidera el grupo investigador en el centro médico de SUNY Downstate, con sede en Brooklyn, declaró al rotativo que, si esa molécula es tan importante como parece, podía tener posibles efectos en el tratamiento de recuerdos traumáticos, de adiciones o en la mejora de la memoria y el aprendizaje.
Sacktor ha descubierto que una molécula denominada PKMzeta está presente y se activa en las células cuando reciben signos de una neurona cercana, lo que decidió a su equipo a estudiar esa sustancia y la importancia que podía tener en la conducta.
En esa investigación ha contado con la colaboración del doctor André Fenton, que pertenece a ese mismo centro universitario y que estudia la memoria espacial en ratones y ratas.
En sus estudios, Fenton ha enseñado a ratas a recordar la ubicación de objetos y a moverse por una pequeña cámara de manera que eviten una pequeña descarga eléctrica en sus patas.
Una vez aprendidos esos movimientos, los animales sortean el peligro incluso un mes después de no haber estado en la cámara.
Sin embargo, una vez que se les ha inyectado en el cerebro el fármaco ZIP, que interfiere con la molécula PKMzeta, las ratas olvidan lo aprendido.
En otro experimento realizado por investigadores del Instituto Weizmann de Ciencia, en Israel, se descubrió que una dosis de ZIP incluso llevaba a las ratas a olvidar un sabor que tres meses antes les producía gran trastorno.
El rotativo explicó que hasta ahora la investigación se ha hecho sólo con animales, pero agregó que los científicos consideran que el sistema de memoria probablemente trabaja de forma casi idéntica en las personas.
"Esta probabilidad de editar la memoria tiene enormes posibilidades y suscita asuntos éticos muy importantes", declaró al diario el doctor Steven Hyman, de la Universidad de Harvard. EFE
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