Módulo Philae de la sonda espacial Rosetta se posará en el llamado "punto J", situado en el lóbulo más pequeño del cometa Churyumov-Gerasimenko.
La Agencia Espacial Europea (ESA) confirmó este miércoles que el módulo Philae de la sonda espacial Rosetta se posará en el llamado "punto J", situado en el lóbulo más pequeño del cometa Churyumov-Gerasimenko, en torno al cual está orbitando en los últimos meses.
La operación, que supondrá el primer contacto de un artefacto humano con un cometa en el espacio, tendrá lugar el próximo 12 de noviembre, tal y como estaba previsto.
La ESA barajaba dos posibles lugares para enviar el módulo Philae y, tras un estudio más pormenorizado de la superficie del cometa efectuado en los últimos días, han optado por el llamado "punto J".
Según la Agencia, ese lugar ofrece "una trayectoria de descenso más segura" y, además, "permitirá un estudio más profundo del núcleo del Churyumov-Gerasimenko".
FOTOS DEL COMETA SERÁN ENVIADOS A LA TIERRA
Rosetta lanzará a las 8.35 GMT del próximo 12 de noviembre el vehículo, que iniciará un viaje que durará unas siete horas.
En su caída, el vehículo tomará imágenes del cometa que serán paulatinamente enviadas a Tierra a través de Rosetta.
Ese es el punto más delicado de esta parte de la misión, puesto que a medida que el cometa se acerca al Sol parte del hielo que lo rodea se va desprendiendo de su superficie, lo que puede afectar al aterrizaje de Philae.
Unos 28 minutos más tardarán los ingenieros de la ESA en confirmar que la operación se ha desarrollado con éxito, el tiempo que tardan las informaciones de Rosetta en llegar a la Tierra.
A causa de la débil gravedad del cometa y de que Philae carece de propulsión propia, el vehículo ha sido dotado de dos arpones destinados a anclar el artefacto a la superficie del Churyumov-Gerasimenko y evitar así el rebote.
En el momento del contacto, el vehículo dejará escapar una nube de gas para suavizar el aterrizaje.
Philae está dotado también de unos amarres en forma de tornillos en sus tres patas para fijarse en la superficie del cometa, de la que los científicos ignoran su naturaleza.
El módulo cuenta con una autonomía propia de unos dos días y medio, tras los cuales su supervivencia estará ligada a la capacidad de recarga de sus paneles solares, dependiente de que no queden manchados por el polvo que desprende el cometa.
En el mejor de los casos, los científicos de la ESA calculan que para marzo de 2015 el cometa se habrá acercado al sol lo suficiente como para que no pueda soportar las altas temperaturas y se destruya.
La misión de Rosetta durará unos meses más, hasta que en agosto de 2015 se encuentre en su punto más cercano al Sol y comience la fase de alejamiento.
Lanzada en 2004, la sonda Rosetta tiene como objetivo estudiar por vez primera la superficie de un cometa, que los científicos consideran formados por un material más primitivo que el de los planetas, lo que puede arrojar luz a misterios sobre la formación del Universo.
EFE
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