Países de la Unión Europea suscribieron este 26 de enero el polémico tratado conocido como ACTA. Este acuerdo en teoría busca defender la propiedad intelectual, pero genera alerta en Internet.
Si bien el Congreso de los Estados Unidos retrocedió con las polémicas leyes SOPA (Stop Online Piracy Act) y PIPA (Protect IP Act), aún resta un controversial tratado de corte internacional que en teoría busca combatir el tráfico de falsificaciones y la violación de la propiedad intelectual en la industria de la música, del cine, farmacéutica, de la moda, entre otros. No obstante, también tiene práctica en Internet.
El acuerdo comercial ACTA (Anti-Counterfeiting Trade Agreement) ya fue suscrito por EE.UU., Canadá Australia, Japón, Corea del Sur y Nueva Zelanda.
Además, las naciones que integran la Unión Europea –a excepción de Alemania, Holanda, Estonia, Eslovaquia y Chipre– cumplieron con el mismo procedimiento este jueves, pero falta que el Parlamento Europeo ratifique su adhesión. Por su parte, México, Brasil y la India ya manifestaron su oposición al tratado.
Se afirma que el ACTA propone un renovado marco legal para la defensa de la propiedad intelectual a través de la cooperación internacional. Sin embargo, sus detractores sostienen que su redacción ambigua y genérica significará un inaudito nivel de censura en la red y persecución hasta del tipo penal para los proveedores de Internet (ISP) que favorezcan la piratería a nivel comercial.
De acuerdo a las mismas voces críticas, el acuerdo obligaría a los ISP a monitorear los contenidos para encontrar faltas al copyright, autorizaría a los titulares de los derechos a obtener información reservada de los usuarios infractores y permitiría el bloqueo de sitios. Asimismo, sostienen que llama la atención que el texto no incluya en ningún artículo la palabra “Internet” y solo se refiera a “entornos digitales”.
En defensa del documento, el comisario de Comercio de la Unión Europea, Karel de Gucht, aseguró que el ACTA no restringe la libertad de Internet ni propone censura de webs como SOPA o PIPA. “El tratado quiere garantizar que las organizaciones criminales sean perseguidas cuando roban la propiedad intelectual, dañando la innovación y destruyendo empleo. (…) Los ciudadanos podrán seguir usando las redes sociales como Facebook o Twitter como en el pasado”, manifestó.
No obstante, la organización europea que defiende los derechos digitales, La Quadrature du Net, llamó a la ciudadanía a protestar porque el “ACTA de hoy es un símbolo de una evasión de la democracia para imponer políticas que dañan la libertad de comunicación y la innovación a nivel mundial”.
También causó controversia que el inicio de las negociaciones para llegar al ACTA se realizara en secreto por los Gobiernos y que solo se conociera después de filtraciones en la red. Mientras tanto, Anonymous inició una serie de ataques digitales contra la Unión Europea una vez conocida su adhesión al ACTA.
Comparte esta noticia