Este aparato, desarrollado por un muchacho de 13 años, fue presentado durante la Campus Party de Sao Paulo.
Una impresora en lenguaje braille fabricada con piezas de Lego fue hoy la revolución de la Campus Party de Sao Paulo, cuyos participantes atendieron a las palabras de su autor, un muchacho de 13 años que se ha alzado como uno de los creadores más jóvenes de Silicon Valley.
De origen indio, nacionalidad belga y residencia estadounidense, Shubham Banerjee transformó hace dos años sus juguetes en una impresora de bajo costo para personas ciegas y hoy está a punto de cumplir su sueño de mejorar la vida de 35 millones de personas sin visión.
"Recibí un folleto de donaciones para estudiantes de braille. Ahí le pregunté a mi padre cómo leen los ciegos. Me dijeron que no tenían tiempo de explicármelo y que lo buscara en Google (...) Empecé a ver las impresoras para ciegos, vi su elevado precio y decidí hacer una", dijo a Efe el fundador de la startup "BraigoLabs".
Banerjee llegó a presentar en la Casa Blanca un prototipo de la impresora braille desarrollada con bloques de Lego cuando tenía 12 años y en estos momentos trabaja con un equipo de diez personas en el corazón de la innovación tecnológica: Silicon Valley (San Francisco).
Con aspecto de adolescente y espíritu de emprendedor, el belga está centrado ahora en la creación de 20 prototipos de la nueva versión de la impresora (Braigo 2.0) para el próximo agosto, cuando serán distribuidos a diferentes asociaciones de ciegos para analizar su aceptación.
A pesar de su genialidad, Banerjee está aún lejos de cumplir la mayoría de edad, por lo que sus padres se encargan de llevar a cabo los trámites legales y administrativos de BraigoLabs, que ya ha recibido inversiones de entidades de capital de riesgo.
Cada impresora braille estará valorada en unos 500 dólares, un cuarto del valor que tiene en el mercado internacional.
"Me gusta saber que estoy contribuyendo para el bien de la sociedad", comentó el muchacho, quien combina su faceta de empresario con la de estudiante.
El joven utilizó un juego de Lego para construir un prototipo de la impresora y su padre, un ingeniero de Intel, fue el primero en invertir en él.
La curiosidad continuó y meses después desarrolló una versión más sofisticada que combina una impresora de mesa con un chip capaz de traducir el texto en braille antes de realizar la impresión.
Banerjee aseguró estar centrado en la entrega de los 20 prototipos del producto, pero precisó que "nada impide pensar en desarrollar más tarde nuevos proyectos que atiendan otras necesidades".
EFE
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