Las sorprendentes imágenes fueron obtenidas por los telescopios Spitzer de la NASA y Herschel de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Un equipo de astrónomos ha podido observar cambios más rápidos de los esperados en el brillo de estrellas embrionarias en el núcleo de la nebulosa de Orión, informó hoy la Agencia Espacial Europea (ESA).
Las imágenes -obtenidas por los telescopios Spitzer de la NASA estadounidense y Herschel de la ESA- mostraron con detalle las estrellas en formación en la nebulosa Orión, una de las pocas observables a simple vista por los astrónomos aficionados, según un comunicado.
Los astrónomos quedaron sorprendidos al descubrir que el brillo de los objetos más jóvenes variaba hasta un 20% en cuestión de semanas, ya que el proceso de acreción puede durar años o incluso siglos, y "ahora están tratando de encontrar una explicación para este inusual fenómeno", agregó la ESA.
Las estrellas se crean cuando una densa nube de polvo y gas se constituye en un núcleo central o protoestrella rodeado por un disco de acreción (disco que rodea a un objeto central masivo y lo alimenta).
A lo largo de miles de años, el disco va cayendo atraído por la protoestrella hasta que ésta alcanza la densidad suficiente para fusionarse y convertirse en una estrella madura.
El telescopio Herschel, en una investigación liderada por el Instituto de Radioastronomía Milimétrica (IRAM) en Granada (España), descubrió partículas de frío en los discos de las protoestrellas jóvenes al observarlas en la banda del infrarrojo lejano.
Estos datos se combinaron con imágenes de archivo tomadas por el Spitzer en la banda del infrarrojo medio que distinguió formaciones más antiguas y a mayor temperatura, lo que demostró variaciones en el brillo de los objetos según su antigüedad.
Los científicos creen que el fenómeno detectado ahora, la mayor velocidad apreciada en los cambios, puede deberse a la presencia de filamentos de gas que canalizan material desde el disco exterior hasta la región más próxima a la estrella, que provocarían que ésta brillase.
Pero también contemplan la posibilidad de que se deba a la acumulación de material frío en el borde interno del disco, que proyectaría sombras sobre la región exterior y lo oscurecería temporalmente.
EFE
Comparte esta noticia