Investigadores españoles hallaron genes que impiden la calcificación de los cartílagos, lo que puede abrir nuevas vías de investigación para enfermedades óseas como la osteoporosis.
Investigadores españoles lograron secuenciar el genoma del tiburón elefante y hallaron genes que impiden la calcificación de los cartílagos, lo que puede abrir nuevas vías de investigación para enfermedades óseas como la osteoporosis.
El Instituto de Biología Evolutiva de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona colaboró en el estudio que publicó hoy la revista Nature, y que estuvo encabezado por el Institute of Molecular and Cell Biology de Singapur.
La misión del instituto español fue comparar el genoma del tiburón elefante, un pez cartilaginoso, con el pez cebra, que tiene huesos calcificados.
Según explicó a Efe el profesor Tomás Marquès-Bonet, que encabezó la sección española de la investigación, la importancia del estudio radica en que ha resuelto una parte "de cuál es la base genética de los huesos calcificados, es decir, lo que los hace duros y resistentes".
En la investigación, que duró dos años y contó con la colaboración de una docena de instituciones internacionales, los científicos querían descubrir cuáles son los cambios genéticos que hacen que unos huesos sean de calcio y otros se queden en estado cartilaginoso, como es el caso del tiburón elefante, considerado el vertebrado con mandíbula más antiguo.
El equipo de Marquès-Bonet descubrió un pequeño grupo de genes que los tiburones habían perdido respecto a los vertebrados óseos, lo que explica que sus huesos se queden en cartílagos y no se calcifiquen.
"Hemos aportado la primera base genética de la calcificación, lo que abre la puerta a nuevos conocimientos para comprender y tratar enfermedades óseas como la osteoporosis, y para saber cómo se forman los huesos o los depósitos de calcio", apuntó Marquès-Bonet.
El investigador español explicó que eligieron el tiburón elefante porque tiene un genoma pequeño, de aproximadamente un tercio del humano.
El trabajo también constató que el genoma del tiburón elefante tiene la evolución más lenta de todos los vertebrados, lo que lo coloca como referencia para estudios comparativos destinados a mejorar la compresión del genoma humano.
"Este trabajo demuestra el poder de la genómica comparativa como herramienta para entender los procesos biológicos más básicos", afirmó Marquès-Bonet.
EFE
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