Este animal extinto vivió en el extremo norte ártico de Canadá hace unos tres millones y medio de años, en el Plioceno medio.
Paleontólogos canadienses han descubierto los restos fósiles de un camello gigante que vivió en el extremo norte ártico de Canadá hace unos tres millones y medio de años, en el Plioceno medio, cuando en la zona había un bosque boreal durante una fase de calentamiento global del planeta.
Los 30 fragmentos de una tibia hallados en la isla de Ellesmere, en el territorio autónomo de Nunavut, representan el registro más septentrional que se tiene de los camellos primitivos, cuyos antecesores surgieron en Norteamérica hace 45 millones de años, afirman los expertos en un estudio dirigido por el Museo Canadiense de la Naturaleza y publicado hoy en Nature Communications.
"Este es un descubrimiento importante porque proporciona la primera evidencia de camellos en la región del alto Ártico" y amplía en 1.200 kilómetros hacia el norte el rango en el que se movían los camellos en Norteamérica, señala una de sus autoras, Natalia Rybczynski.
Según la científica, el hallazgo también "sugiere que el linaje al que pertenecen los camellos modernos pudo adaptarse originalmente a vivir en el entorno de un bosque ártico".
Algunas características de "los camellos modernos, como sus anchos pies planos, sus grandes ojos y sus jorobas de grasa, pueden ser adaptaciones derivadas de la vida en un entorno polar", indica.
Los restos fueron encontrados durante trabajos de campo en los veranos de 2006, 2008 y 2010 en un montículo en el sitio de Fyles Leaf Bed, un depósito de arena cerca del fiordo de Strathcona en la isla de Ellesmere, donde antes se habían hallado fósiles de plantas, pero jamás de un mamífero.
En un lugar cercano conocido como Beaver Pond sí se habían recogido fósiles de mamíferos de la misma época.
Confirmar que los fósiles eran de camello fue todo un reto, según los científicos, que recurrieron a una nueva técnica denominada "huella de colágeno", la cual permite determinar el perfil de colágeno en los huesos.
Los datos anatómicos de los fósiles, junto a la comparación de su perfil de colágeno con el de 37 mamíferos actuales y el del camello gigante de Yukon (noroeste de Canadá) que se halla en el Museo de la Naturaleza Canadiense, antecesor de los camellos modernos, confirmaron que los huesos de la isla de Ellesmere pertenecen a un camello.
Seguramente el animal era del mismo linaje Paracamelus que habitó en Norteamérica durante millones de años, explica el estudio.
EFE
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