Recién en 2014 tuvimos un diseño más fácil de conectar y los inventores del USB original tuvieron una razón más que razonable.
El Universal Serial Bus (USB) apareció en 1996 y se ha convertido en casi omnipresente, pero sus primeras versiones tenían un problema: no era fácil conectarlas, especialmente cuando el conector se encontraba en la parte trasera de una PC.
“La mayor molestia es la reversibilidad”, reflexionó Ajay Bhatt, quien lideró el equipo que lo creó en Intel.
Un diseño USB capaz de conectar bien la primera vez hubiera requerido el doble de cables y circuitos, haciéndolo el doble de caro, explicó a NPR.
El equipo de Intel optó entonces por un diseño rectangular que daría al usuario el 50% de chances de conectar bien a la primera vez y desechó la idea de un conector circular, parecido al PS/2.
No fue en vano que Bhatt y su equipo eligieron un conector barato. Su meta era convencer a la mayoría de los fabricantes de computadoras para que adopte el estándar USB. Y lo lograron.
Ya situado como el conector más popular en el mundo, el USB por fin adoptó un diseño reversible con la introducción del USB-C en 2014.
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