El Departamento de Comercio de los Estados Unidos alertó sobre los pocos suministros para semiconductores en el inventario de fábricas y las graves consecuencias de un corte en la cadena de distribución.
La escasez de procesadores va en aumento en el mundo tecnológico, y son varias las alertas que se han disparado ante la poca disponibilidad de semiconductores debido al impacto de la COVID-19 en las líneas de producción a nivel global. El Departamento de Comercio de los Estados Unidos ha añadido una capa importante de presión al problema y ha señalado una cifra preocupante para la industria: las fábricas solo tienen suministros para cinco días.
De acuerdo con el informe de la entidad, los niveles medios de inventario se han desplomado en el último par de años, desde un promedio de 40 días de suministro para construcción hasta solo cinco en casi todas las 150 empresas encuestadas en setiembre de 2021.
“Esto significa que una interrupción en el extranjero, que podría cerrar una planta de semiconductores durante 2 o 3 semanas, tiene el potencial de inhabilitar una instalación de fabricación y suspender a los trabajadores en los Estados Unidos si esa instalación solo tiene de 3 a 5 días de inventario”, señaló el Departamento de Comercio en el reporte.
“Un brote puede cerrar una fábrica”
Los pronósticos del Departamento de Comercio no son alentadores. Esta falta de margen para la construcción segura de autos, servidores, computadoras o cualquier otro dispositivo inteligente provoca que cualquier circunstancia pueda provocar el cese de operaciones de las compañías.
“Un brote de COVID, una tormenta, un desastre natural, inestabilidad política, problemas con el equipo, realmente cualquier cosa que interrumpa una instalación [de fabricación de chips] en cualquier parte del mundo, impactará aquí en los Estados Unidos de América”, dijo Gina Raimondo, secretaria de Comercio en Estados Unidos. “Un brote de COVID en Malasia tiene el potencial de cerrar una planta de fabricación en Estados Unidos”.
Solo en 2021, la producción de automóviles en el mundo fue recortada en 7,7 millones de unidades, provocando una escasez de vehículos nuevos y usados, además de una caída de dos puntos porcentuales en el crecimiento del PBI de EE. UU., según los reportes.
No es negocio hacer chips
Actualmente, 3 de cada 4 chips construidos a nivel global son fabricados en Asia y el 90% de los procesadores más avanzados se producen en Taiwán, una distancia que añade elementos de riesgo a la cadena de suministros. Esto no ha reducido la demanda de componentes, que ya en 2021 se incrementó en 17%, con énfasis en equipos de tecnología más antigua.
“La Cámara ha estado trabajando durante meses en un buen proyecto de ley para construir más semiconductores aquí en los EE. UU., y es urgente actuar ahora”, dijo el martes el senador Mark R. Warner, partidario de la legislación. Intel anunció hace unos días que invertirá más de 20 mil millones de dólares en una nueva fábrica de chips en el estado de Ohio, la misma que podría iniciar operaciones en 2025.
El problema que especialistas ven en este nuevo rumbo es que el margen de ganancia en este sector no es tan alto, frente a la capacidad asiática para centralizar el negocio y suministrar a diversos clientes con precios más competitivos.
Raimondo señaló que el gobierno federal debería considerar la posibilidad de otorgar subsidios a las empresas tecnológicas que desarrollen localmente sus chips, sobre todo porque se necesitan componentes de última generación para el desarrollo de equipo militar, computación cuántica, inteligencia artificial y otros sectores en los que China comienza a dominar.
“Queremos que estas empresas establezcan sus instalaciones de fabricación en Estados Unidos. Esto no es solo un problema económico, es un problema de seguridad nacional”, agregó.
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