Desveló en el diario británico que la NSA trabaja con un programa llamado Prism que permite a sus agentes acceder directamente a los datos almacenados en compañías como Google, Microsoft, Apple, Facebook y Skype.
Glenn Greenwald, un bloguero y abogado especialista en derechos civiles que el diario británico "The Guardian" contrató en 2012, ha sido una de las piezas clave del engranaje que reveló el presunto sistema con el que los servicios secretos estadounidenses espían a millones de personas.
Greenwald, de 46 años, accedió junto a un periodista del "Washington Post" a la información que estaba dispuesto a revelar un antiguo colaborador de la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA) de EEUU, Edward Snowden, que tras el soplo huyó primero a Hong Kong y actualmente está en paradero desconocido.
Con las confidencias de Snowden, el bloguero estadounidense -tal como se define él mismo en sus perfiles sociales- desveló en el diario británico que la NSA trabaja con un programa llamado Prism que permite a sus agentes acceder directamente a los datos almacenados en compañías como Google, Microsoft, Apple, Facebook y Skype.
Snowden confió una de las exclusivas más relevantes de los últimos años a un periodista que ha dedicado su carrera a la defensa de las libertades civiles y que en 2011 sostenía que el soldado Bradley Manning, que filtró miles de documentos a WikiLeaks, "merece una medalla, no una vida en prisión".
"El tratamiento opresivo hacia Manning está diseñado para crear un clima de terror y enviar una señal a todos aquellos que en el futuro quieran revelar conductas erróneas por parte de los Estados Unidos: si estás pensando en divulgar lo que sabes, acuérdate de lo que le hicimos a Manning y piénsatelo dos veces", escribía Greenwald hace algo menos de dos años.
El pasado domingo, el estadounidense aireó una entrevista grabada en vídeo en la que su fuente, Snowden, a quien el activista australiano Julian Assange ha calificado de "héroe", mostraba su rostro al mundo y auguraba que no espera que le ocurra "nada bueno" en el futuro.
"La NSA ha construido una infraestructura que le permite interceptar prácticamente cualquier cosa. La gran mayoría de las comunicaciones humanas se almacenan automáticamente, sin que se seleccionen objetivos concretos. Si quisiera ver tus correos o el teléfono móvil de tu esposa, solo tengo que usar esos métodos de interceptación", relató a Greenwald su confidente.
Esas revelaciones han revuelto el clima político en Estados Unidos y el Reino Unido de tal forma que Daniel Ellsberg, protagonista de una de las filtraciones más sonadas en la historia del periodismo, sostuvo en "The Guardian" que "no ha habido una revelación periodística más importante que esta (...) ni siquiera la de los papeles del Pentágono hace 40 años".
Greenwald se licenció en derecho en 1994 en Nueva York y creó su propio bufete, en el que se dedicó a defender casos relacionados con el derecho constitucional y los derechos civiles.
Una década después decidió dejar de ejercer como abogado y abrió un blog personal, "Unclaimed Territory" ("Territorio sin dueño"), en el que volcaba sus opiniones políticas, y pronto comenzó a escribir en la página web Salon.com y a publicar diversos libros.
En 2006 vio la luz su primera obra, "How Would a Patriot Act" ("Cómo actuaría un patriota"), y al año siguiente la segunda "A Tragic Legacy" ("Un legado trágico"), ambas críticas con la gestión del presidente George Bush, a las que siguieron "Great American Hypocrites" ("Grandes hipócritas estadounidenses"), en 2008, y "With Liberty and Justice for Some" ("Con libertad y justicia para algunos"), en 2011.
Sus escritos le sirvieron para dar el salto desde la red al papel y colaboró con medios como "The New York Times", "Los Angeles Times" y el mismo "The Guardian", que en 2012 le contrató como fijo en su plantilla.
Janine Gibson, la directora de la edición en línea del diario en Estados Unidos, explicó esta semana que el periódico trata de fichar a reporteros apasionados por los temas sobre los que escriben, como Greenwald y la lucha por los derechos civiles.
Para Gibson, los periodistas "no van a perseverar" en historias tan complejas como la del espionaje del NSA "si realmente no están muy involucrados" en ello. EFE
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