"Descubriremos dónde se distribuyen elementos como las tierras raras mediante el análisis de la arena y los estratos", dijo el consejero delegado de ispace, Takeshi Hakamada.
Una empresa emergente nipona llamada ispace quiere ser pionera en investigar con vehículos robotizados la existencia de recursos minerales en la superficie lunar de cara a vender después sus hallazgos a empresas mineras.
"Descubriremos dónde se distribuyen elementos como las tierras raras mediante el análisis de la arena y los estratos usando las cámaras de entre 10 y 100 de estos "rovers" (vehículos robotizados)", cuenta este lunes al diario económico Nikkei el consejero delegado de ispace, Takeshi Hakamada.
No obstante, la compañía, fundada en 2013, aún está recaudando fondos para poder mandar su primer "rover" a la Luna, el cual espera que sea lanzado en torno a la segunda mitad de 2016 por el operador aeroespacial privado estadounidense SpaceX.
El objetivo además es que este primer vehículo participe en un concurso convocado por el gigante tecnológico Google, por el cual 15 equipos deben lograr que su vehículo recorra 500 metros sobre la Luna y envíe vídeo y fotos de vuelta a la Tierra.
El primer equipo en lograrlo obtendrá un premio de 20 millones de dólares (17,5 millones de euros).
El premio es más del doble que la inversión inicial de unos 8 millones de dólares (7,02 millones de euros) que ispace necesita recaudar para lanzar en 2016 su sonda y, cuenta Hakamada, supone ante todo la mejor publicidad para empezar a enviar vehículos de exploración antes del año 2023.
La empresa lleva recaudada casi la mitad de ese presupuesto gracias al patrocinio que ha acordado de momento con la empresa de maquinaria pesada IHI o los grandes almacenes tokiotas Mitsukoshi.
Para el concurso -llamado Google Lunar Xprize- el equipo de ispace que explorar un área lunar conocida como Lacus Mortis (El lago de la muerte en latín) mediante un vehículo desarrollado por expertos de la universidad japonesa de Tohoku e ingenieros voluntarios.
Al frente del equipo de desarrollo se cuenta el profesor Kazuya Yoshida, que ya contribuyó a la creación de otro vehículo de la agencia aeroespacial japonesa llamado Hayabusa-2.
EFE
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