El ingeniero español Paulino Zamarro aseguró que fue una gran isla que estuvo emplazada en el centro del mar Egeo y quedó sumergida como consecuencia de un gran tsunami.
La Atlántida no es solo una leyenda, sino una gran isla que estuvo emplazada en el centro del mar Egeo y quedó sumergida en el Mediterráneo como consecuencia de un gran tsunami, según el ingeniero español Paulino Zamarro, autor de un libro sobre el tema.
En su obra "Del Estrecho de Gibraltar a la Atlántida. La clave está en los estrechos", presentada esta semana en República Dominicana, Zamarro sostiene que la desaparición de la Atlántida data del año 5.500 antes de Cristo.
Se produjo, según su hipótesis, debido a un gran "tsunami" que hizo que las aguas del Atlántico rompieran el istmo que en esa época había en lo que hoy es el estrecho de Gibraltar, que separa a España y África, y se vertieran en el mar Mediterráneo, que por aquel entonces estaba por debajo de su nivel actual.
Cuando "se rompió el istmo de Gibraltar y se inundó el Mediterráneo, la Atlántida se sumergió rápidamente bajo las aguas", dijo en declaraciones a Efe Zamarro, ingeniero técnico en química industrial por la Universidad Complutense de Madrid y experto en temas medioambientales.
Zamarro considera que el cambio de salinidad experimentado en esa fecha por las aguas del mar Negro, verificado por medio de pruebas de carbono 14, obedeció también a esa causa.
"Se ha podido constatar sin ninguna duda que existió un istmo en lo que hoy es el estrecho de Gibraltar y que dicho istmo se rompió hacia el 5.500 antes de Cristo dando un soporte físico creíble a que la Atlántida desapareciera en dicha fecha", afirmó.
Sobre los motivos por los que esta hipótesis no había sido planteada hasta ahora, el ingeniero dijo que las pruebas "estaban ahí, siempre lo han estado, pero no se pusieron de manifiesto hasta los últimos años del siglo XX. La tecnología no lo permitió hasta entonces y ese fue el principal motivo por el que nadie supo, ni pudo antes descubrir la Atlántida".
El autor del libro defendió el carácter novedoso de su teoría, ya que "nadie había apuntado hasta ahora a este emplazamiento concreto", si bien otros estudiosos habían situado la mítica isla en puntos de la actual Grecia, como Creta o Santorini, o en el Atlántico.
"La ventaja que tiene mi teoría, aparte de suministrar una sólida base científica, es que aporta un mapa a partir del cual se puede tratar de investigar en un lugar concreto y sin irse por las ramas", apuntó.
EFE
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