Estos organismos son considerados los seres vivos mejor adaptados al planeta: viven tanto en la Antártida como en los desiertos más áridos.
Líquenes que sobreviven en condiciones climatológicas extremas en la Tierra han realizado la fotosíntesis en una cámara experimental que recrea las condiciones de la superficie de Marte.
Este es el resultado presentado hoy en la Unión Europea de Geociencias (EGU), que se celebra hasta mañana en Viena, por el científico Jean Pierre de Vera, del Instituto de Investigación Planetaria de Berlín.
Se considera que los líquenes son los seres vivos terrestres mejor adaptados al planeta: viven tanto en la Antártida como en los desiertos más áridos.
Se forman por simbiosis entre un hongo y un alga que mantienen un equilibrio trófico y cumplen un papel muy importante en ecosistemas extremos ya que son captadores de agua y estabilizadores del suelo terrestre.
El investigador explicó que se recolectaron estos microorganismos de desiertos tropicales y polares, así como de hábitats alpinos, para tratar de ver su resistencia a ambientes muy secos y fríos, los más cercanos a las condiciones de la superficie marciana.
Estas muestras se introdujeron durante 18 meses en una cámara terrestre que simulaba el ambiente y las radiaciones de la superficie del planeta rojo, llamada Laboratorio de Simulación de Marte, y no solo sobrevivieron sino que completaron la fotosíntesis.
"La fotosíntesis es posible en algunos lugares de Marte en 34 días", aseguró De Vera en una rueda de prensa, destacando que "la vida se puede adaptar fisiológicamente" a ambientes hostiles y cambiantes como los del planeta rojo.
"La adaptación de líquenes polares a la superficie de Marte parece posible", subrayó, asegurando que los microorganismos de entornos polares son más resistentes que los procedentes de lugares tropicales.
Además, las conclusiones del experimento apoyan la noción de que pueda seguir siendo posible encontrar algún rastro de "vida originaria de Marte", en caso de que hubiera existido en un principio, ya que podría haberse adaptado a los bruscos cambios climáticos en ese planeta.
EFE
Comparte esta noticia