Científicos bautizaron estos dos planetas como Kepler-34b y Kepler-35b. Ambos orbitan alrededor de una "estrella binaria".
Un equipo de astrónomos encontró dos nuevos planetas que orbitan alrededor de dos soles, un fenómeno que se observó por primera vez en la historia el pasado septiembre y que, con este hallazgo, consolida la sospecha de que en la galaxia hay millones de ellos.
La Universidad de Florida anunció este descubrimiento, en el que participaron algunos de sus astrónomos y que fue posible gracias al análisis de los datos obtenidos por la misión Kepler de la NASA.
Los científicos bautizaron a estos dos planetas como Kepler-34b y Kepler-35b. Ambos orbitan alrededor de una "estrella binaria", un sistema estelar compuesto de dos estrellas que orbitan mutuamente alrededor de un centro de masas común.
"Aunque la existencia de estos cuerpos, llamados planetas circumbinarios, se predijo hace mucho tiempo, era sólo una teoría, hasta que el equipo descubrió Kepler-16b en septiembre de 2011", explicó Universidad de Florida en un comunicado.
Kepler-16b fue bautizado entonces como "Tatooine", en referencia al desértico planeta del mismo nombre que existe en el universo ficticio de las películas de Star Wars y que tenía la peculiaridad de contar con dos soles.
"Durante mucho tiempo habíamos creído que esta clase de planetas eran posibles, pero han sido muy difíciles de detectar por diversas razones técnicas", explicó el profesor asociado de Astronomía de la Universidad de Florida, Eric Ford.
Añadió que el descubrimiento de Kepler-34b y Kepler-35b, que será publicado este jueves, en la edición digital de la revista Nature, sumado al de Kepler-16b en septiembre, "demuestra que en la galaxia hay millones de planetas orbitando dos estrellas".
Los dos planetas recién descubiertos, que se cree que están formados fundamentalmente de hidrógeno y que soportan demasiada temperatura como para albergar vida, son dos gigantes de gas de muy poca densidad, comparables en tamaño a Júpiter, pero con mucha menos masa.
Así, Kepler-34b es un 24 % menor que Júpiter, pero tiene un 78 % menos de masa, y puede completar una órbita en 288 días terrestres. Kepler-35b es un 26 % menor, tiene una masa 88 % inferior y tan sólo tarda 131 días en dar una vuelta completa a sus dos soles.
"Los planetas circumbinarios pueden tener climas muy complejos durante cada año alienígena, ya que la distancia entre el plantea y cada estrella cambia significativamente durante cada el periodo orbital", explicó Ford como curiosidad.
La misión Kepler de la NASA, que comenzó en marzo de 2009, utiliza un telescopio para observar una pequeña porción de la Vía Láctea desde hace varios años.
Los astrónomos analizan los datos procedentes del telescopio y buscan aquellos que muestren un oscurecimiento periódico que indique que un planeta cruza por delante de su estrella anfitriona.
El objetivo de la misión es encontrar planetas del tamaño de la Tierra en la zona habitable de las órbitas de las estrellas (donde un planeta puede tener agua líquida en su superficie).
"La mayoría de las estrellas similares al Sol en la galaxia no están solas, como el sol de la Tierra, sino que tienen una "pareja de baile" y forman un sistema binario", explicó la Universidad de Florida.
De hecho, la misión Kepler ya identificó alrededor de 2.165 estrellas binarias eclipsantes (que se tapan una a otra desde la perspectiva del telescopio) entre las más de 160.000 estrellas observadas hasta el momento.
EFE
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