La operación de prueba, con un costo de 445 millones de dólares, duró unos dos minutos y se realizó desde el Centro Espacial Kennedy del sur de Florida.
La agencia espacial estadounidense NASA lanzó hoy finalmente, tras la cancelación de ayer por el mal tiempo, el prototipo del cohete Ares I-X, el futuro propulsor de misiones tripuladas en órbita de la Tierra.
La operación de prueba, con un costo de 445 millones de dólares, duró unos dos minutos y se realizó a las 15.30 GMT desde el Centro Espacial Kennedy del sur de Florida.
El cohete, de casi 100 metros de longitud, fue el primer prototipo lanzado desde ese centro espacial desde el primer vuelo de un transbordador en abril de 1981.
Después de que Estados Unidos retire de servicio en 2010 sus transbordadores, las naves con astronautas irán a órbita impulsadas por cohetes Ares, según los planes de la NASA.
El cohete salió disparado desde la Rampa B39 del Centro Espacial Kennedy, y 120 segundos después alcanzó una altura de 39.600 metros y una velocidad cuatro veces mayor que la del sonido.
En ese momento, el proyectil se separó por la mitad, dejando por un lado el segmento que llevaba combustible sólido, y por otro el segmento vacío que, en los futuros cohetes, cargará el resto del combustible.
El tanque vacío, equipado con paracaídas, descendió al Océano Atlántico, y el resto debería caer a unos 235 kilómetros al este de las costas de Florida. EFE
La operación de prueba, con un costo de 445 millones de dólares, duró unos dos minutos y se realizó a las 15.30 GMT desde el Centro Espacial Kennedy del sur de Florida.
El cohete, de casi 100 metros de longitud, fue el primer prototipo lanzado desde ese centro espacial desde el primer vuelo de un transbordador en abril de 1981.
Después de que Estados Unidos retire de servicio en 2010 sus transbordadores, las naves con astronautas irán a órbita impulsadas por cohetes Ares, según los planes de la NASA.
El cohete salió disparado desde la Rampa B39 del Centro Espacial Kennedy, y 120 segundos después alcanzó una altura de 39.600 metros y una velocidad cuatro veces mayor que la del sonido.
En ese momento, el proyectil se separó por la mitad, dejando por un lado el segmento que llevaba combustible sólido, y por otro el segmento vacío que, en los futuros cohetes, cargará el resto del combustible.
El tanque vacío, equipado con paracaídas, descendió al Océano Atlántico, y el resto debería caer a unos 235 kilómetros al este de las costas de Florida. EFE
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