Twitter anunció el desarrollo de un sistema de censura para impedir que mensajes que puedan resultar inadecuados en algunas culturas o países puedan estar al alcance en territorios afectados.
La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) hoy pidió a la red social Twitter que rectifique su decisión de bloquear contenidos en función de la legislación local por considerarla "nociva" para la libertad de expresión ya que priva a los ciberdisidentes de una herramienta "crucial".
"Estamos muy preocupados por esta decisión, que no es otra que una censura a escala local, en colaboración con las autoridades y en conformidad con legislaciones locales que muy a menudo están en contradicción con los estándares internacionales en materia de libertad de expresión", declaró RSF en una carta dirigida al presidente de Twitter, Jack Dorsey.
Twitter anunció que ha desarrollado un sistema de censura para impedir que mensajes que puedan resultar inadecuados en algunas culturas o países puedan estar al alcance de los usuarios en los territorios afectados, informó en su blog la compañía californiana.
Según RSF, la argumentación de Twitter es "inaceptable" porque da a entender que hay diferentes interpretaciones de la libertad de prensa según el país".
"¿Ha estado motivada la decisión por la voluntad de entrar en el mercado chino a cualquier precio?", pregunta RSF, que recuerda que las plataformas de micro-blogs que funcionan en ese país, como Sina Weibo, están obligadas a colaborar con las autoridades para imponer una censura permanente".
Esa organización en defensa de la libertad de prensa preguntó además en su misiva si el anuncio de que la red social podría cerrar algunas cuentas de usuarios significa que se vayan a bloquear las de ciberdisidentes sirios o la de Reporteros sin Fronteras para aquellos países en los que RSF denuncia "prácticas represivas".
"Las ganancias comerciales en el mercado chino, principalmente, no deberían ser el único criterio a tener en cuenta. La imagen de marca de Twitter frente a sus usuarios también está en juego"., concluye Reporteros sin Fronteras. EFE
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