Proyecto científico en la que participa España prevé la creación de robots con sofisticados "chips" a modo de cerebro para hacerles conscientes de sus sensaciones.
Muchos de los secretos que persisten en el conocimiento del cerebro humano podrían salir a la luz gracias a este macroproyecto de dimensiones mundiales, afirmaron hoy los responsables del mismo durante su presentación en España, en la sede del rectorado de la Universidad Politécnica de Madrid.
El programa ha sido bautizado "Human Brain Project (HBP-PS)" y su dirección corre a cargo de instituciones científicas de España, Suiza, Alemania, Suecia, el Reino Unido, Bélgica, Israel, Francia y Austria.
"Es el momento de integrar, gracias a este proyecto, toda la información sobre el cerebro que existe en el mundo, que es mucha y muy detallada pero excesivamente dispersa", afirmó el coordinador de la iniciativa, el investigador Henry Markram, de l"École Polytechnique Fédérale de Lausanne (Suiza) durante la presentación del proyecto.
Markram es además responsable del proyecto Blue Brain, en el que España participa, a través de la Universidad Politécnica de Madrid y el Centro Superior de Investigaciones Científicas.
Desde el punto de vista médico, entre otras posibilidades del proyecto aparece la curación de enfermedades neuronales sin tener que esperar años y años para probar la eficacia de un medicamento.
El programa incluye la creación de un superordenador que podría estar operativo en 2018 y que realizará cientos de miles de simulaciones de problemas cerebrales en tiempo récord y generará multitud de prototipos virtuales de distintos tipos de cerebros con distintas enfermedades.
La infinidad de simulaciones que permitirá esta computadora podrá predecir la eficacia de miles de fármacos en muy poco tiempo sin tener que probarlos con anterioridad en multitud de seres vivos.
Gracias a la simbiosis de este proyecto se desarrollarán nuevos circuitos y tecnologías inspiradas en el funcionamiento del cerebro humano aplicables a robots.
Hasta ahora, ninguna tecnología ha sido capaz de simular el complejo cerebro humano, dotado de millones de fibras y neuronas aunque con un consumo energético ridículo de tan sólo unos veinte vatios, como una simple bombilla. EFE
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