Lanzamiento de la Fobos-Grunt debía marcar el inicio de una misión de 34 meses que incluía el vuelo a Fobos, una de las dos lunas de Marte, el descenso en su superficie.
Rusia intenta recuperar el control sobre la estación interplanetaria automática Fobos-Grunt, lanzada este martes con destino a la luna marciana de Fobos y que, debido a un fallo, permanece en la órbita terrestre.
"A las 23:00 hora local (19:00 GMT) Fobos-Grunt se encontrará en la zona de visibilidad terrestre del cosmódromo Baikonur", informó una fuente de la industria espacial rusa a la agencia Interfax.
Entonces, añadió la fuente, "los especialistas recibirán la información telemétrica, lo que permitirá establecer las causas de lo ocurrido".
El objetivo es retomar la comunicación, solucionar el problema, sea técnico o informático, y reconducir la estación a su órbita de vuelo con destino a Marte.
"Tras recibir la información telemétrica se esclarecerá si el motivo de la situación irregular es la avería de uno de los aparatos. En este caso salvarla ya no sería posible", dijo.
El director de la agencia espacial rusa Roscosmos, Vladímir Popovkin, reconoció la existencia de un problema, pero rehusó hablar de un nuevo "fracaso" del programa espacial ruso.
"El propulsor no funcionó. No hubo ni primer ni segundo encendido. Esto significa que no pudo orientarse por las estrellas", dijo.
Popovkin subrayó que la buena noticia es que la estación interplanetaria aún conserva intacto su combustible, por lo que es posible repetir la maniobra de colocarla en la trayectoria de la órbita marciana.
Roscosmos informó de que todo funciona con normalidad y que la agencia tendrá hasta dos semanas para recuperarla, y que, de no ser salvada, podría estrellarse contra la Tierra
El lanzamiento de la Fobos-Grunt debía marcar el inicio de una misión de 34 meses que incluía el vuelo a Fobos, una de las dos lunas de Marte, el descenso en su superficie y, finalmente, el retorno a la Tierra de una cápsula con 200 gramos de muestras del suelo del satélite marciano.
El proyecto, que tiene un costo de 170 millones de dólares, permitirá el estudio de la materia inicial del sistema solar y ayudará a explicar el origen de Fobos y Deimos, la segunda luna marciana, así como de los demás satélites naturales en el sistema solar.
EFE
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