La Laguna Grande, una de las escasas lagunas bioluminiscentes del mundo, lleva una semana "apagada", algo que pone en peligro este gran atractivo turístico de Puerto Rico.
La Laguna Grande, una de las escasas y más brillantes lagunas bioluminiscentes del mundo, lleva una semana "apagada", algo que los lugareños nunca habían visto antes y que pone en peligro este gran atractivo turístico de Puerto Rico.
"Llevamos dieciséis años organizando visitas a la laguna y jamás vimos que se apagara de un día para otro", declaró hoy al Efe Néstor Martínez, presidente de Island Kayaking Adventures, una de las nueve empresas de kayak y dos de botes que tienen licencia para ofrecer rutas guiadas en el área.
Se trata de uno de los pocos lugares del mundo donde se puede disfrutar del espectáculo de observar cómo en noches oscuras cualquier movimiento en el agua hace que unos microorganismos llamados dinoflagelados emitan luz e iluminen todo lo que tocan, incluso la mano si uno la sumerge en el agua.
Puerto Rico tiene el privilegio de contar con tres de las cinco bahías bioluminiscentes activas catalogadas como tales a nivel mundial, y la más accesible desde la capital es la Laguna Grande, en Fajardo (noreste), que cada noche es visitada por unas sesenta personas, en su mayoría extranjeros.
"El sábado ofrecimos nuestros tours con normalidad, el domingo fue día de descanso y cuando volvimos el lunes (11 de noviembre) la laguna se había apagado totalmente y así ha seguido hasta hoy", lamentó este empresario.
Como él, muchos otros conocedores del terreno están convencidos de que el "apagón" está relacionado con las obras que se llevan a cabo muy cerca para instalar dos bombas sanitarias que ayudarán a retirar aguas residuales del cercano barrio de Las Croabas.
El alcalde de Fajardo, Aníbal Meléndez, dijo hoy que se han contratado biólogos marinos que ya estudian una situación que él tampoco recuerda haber visto jamás, y recordó que hay condiciones climáticas que pueden influir.
EFE
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