Los lobos negros, que se encuentran exclusivamente en América del Norte, tienen ventaja selectiva sobre los grises o blancos.
La selección humana de ciertas razas de perros influyó para que los lobos negros u oscuros dominen actualmente las jaurías en los bosques de América del Norte, así lo asegura un grupo de científicos de la Universidad de Stanford, California, en un artículo que publica hoy la revista Science.
Los investigadores postulan que los perros que se aparearon con lobos hace miles de años aportaron una mutación genética que codificó la pelambre oscura, por lo cual el lobo gris de cuentos y leyendas, el Canis Lupus, ya no es solamente gris.
Es así, que los lobos negros que se encuentran casi exclusivamente en América del Norte, al parecer tienen una ventaja selectiva sobre los lobos grises o blancos en áreas boscosas.
Éste es un caso extraño pues los animales domesticados, en este caso probablemente los perros de los indígenas norteamericanos, contribuyeron a la variación genética de sus contrapartes salvajes de forma que afectó tanto la apariencia como la supervivencia de los beneficiados.
"Habitualmente pensamos que la domesticación es un proceso que se lleva a cabo para beneficio de los humanos. Por eso nos sorprende encontrar que los animales domésticos pueden ser portadores de genes que benefician a las poblaciones naturales de las cuales derivaron", refirió el profesor de Genética, Greg Barsh.
El experto añadió que "es fascinante pensar que una porción de los primeros perros de los indígenas norteamericanos, ahora extinta, pueda persistir en los lobos".
Actualmente, los genetistas, coinciden en que los perros en América del Norte descienden todos de perros europeos.
Para el estudio se comparó el comparó el ácido desoxirribonucleico de lobos negros, blancos y grises en el ártico canadiense y de 224 lobos negros y grises en el Parque Nacional Yellowstone, con el de perros domésticos y coyotes grises y negros.
Este fue realizado por científicos de la Universidad de Calgary en Canadá y el Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos, Suecia e Italia.
"Esperábamos que fuera un proyecto de investigación breve que confirmaría que los lobos y perros comparten la misma senda genética que determina el color de la pelambre", refirió la estudiante Tovi Anderson.
Pero, aclaró, "el asunto se puso mucho más interesante cuando ampliamos nuestra investigación y nos preguntamos acerca del origen de la mutación en los lobos".
-EFE
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