Craig Lundberg es la primera persona en participar en programa piloto del Ministerio de Defensa del Reino Unido para paliar los efectos de la ceguera mediante el BrainPort .
Un soldado británico que se quedó ciego por la explosión de una granada en Irak ha conseguido volver a "ver" gracias a un innovador dispositivo que le permite percibir el entorno desde la lengua.
Craig Lundberg, de 24 años, es la primera persona en participar en un programa piloto del Ministerio de Defensa del Reino Unido para paliar los efectos de la ceguera mediante este dispositivo, llamado BrainPort y desarrollado en Estados Unidos, según medios británicos.
El BrainPort consiste en unas gafas con una minicámara que capta estímulos visuales, los cuales después se traducen a señales eléctricas que el usuario percibe con la lengua a través de una especie de "piruleta" en la boca.
El destinatario interpreta estas señales según su intensidad y puede hacerse una idea de su entorno, de la forma de los objetos e incluso, en cierta forma, "leer" letras.
Lundberg destacó que el dispositivo le es de gran ayuda y que, por ejemplo, ya puede ubicar objetos, aunque no piensa deshacerse de Hugo, su perro guía.
El Ministerio británico de Defensa colaborará con el Ejército de Estados Unidos para continuar desarrollando el dispositivo y aumentar de 400 hasta al menos 4.000 los puntos que envían información a la lengua, lo que mejoraría la calidad de las imágenes.
Uno de los inconvenientes del BrainPoint es que los usuarios no pueden hablar ni comer mientras lo usan, por lo que los diseñadores se plantean inventar un dispositivo más pequeño que pueda instalarse de forma permanente en la boca. EFE
Craig Lundberg, de 24 años, es la primera persona en participar en un programa piloto del Ministerio de Defensa del Reino Unido para paliar los efectos de la ceguera mediante este dispositivo, llamado BrainPort y desarrollado en Estados Unidos, según medios británicos.
El BrainPort consiste en unas gafas con una minicámara que capta estímulos visuales, los cuales después se traducen a señales eléctricas que el usuario percibe con la lengua a través de una especie de "piruleta" en la boca.
El destinatario interpreta estas señales según su intensidad y puede hacerse una idea de su entorno, de la forma de los objetos e incluso, en cierta forma, "leer" letras.
Lundberg destacó que el dispositivo le es de gran ayuda y que, por ejemplo, ya puede ubicar objetos, aunque no piensa deshacerse de Hugo, su perro guía.
El Ministerio británico de Defensa colaborará con el Ejército de Estados Unidos para continuar desarrollando el dispositivo y aumentar de 400 hasta al menos 4.000 los puntos que envían información a la lengua, lo que mejoraría la calidad de las imágenes.
Uno de los inconvenientes del BrainPoint es que los usuarios no pueden hablar ni comer mientras lo usan, por lo que los diseñadores se plantean inventar un dispositivo más pequeño que pueda instalarse de forma permanente en la boca. EFE
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