La Sonda Dawn investigará si el cuerpo celeste, el más pequeño de los planetas enanos del Sistema Solar, esconde bajo su superficie una capa de agua helada.
Ceres, el más pequeño de los planetas enanos del Sistema Solar, recibirá el próximo 6 de marzo, por primera vez en su historia, la visita de una sonda de la agencia espacial estadounidense (NASA) que investigará si el cuerpo celeste esconde bajo su superficie una capa de agua helada.
En una rueda de prensa, técnicos de la NASA ofrecieron hoy detalles de la misión de la sonda Dawn, lanzada al espacio en 2007 y que se dedicará a enviar durante 16 meses imágenes de Ceres a los científicos para que puedan estudiar su superficie y entender mejor su origen y evolución.
"Dawn está a punto de hacer historia", afirmó Robert Mase, director de la misión de la sonda en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California (EE.UU.).
Ceres fue descubierto en 1801 por Giuseppe Piazzi y primero se le consideró un cometa, después un planeta y un asteroide, hasta que finalmente se le catalogó como planeta enano en 2006.
La sonda Dawn comenzó la fase final de aproximación a Ceres en diciembre y ya ha enviado a la NASA unas imágenes en las que se puede apreciar un brillo dentro de uno de los cráteres de la superficie oscura del planeta enano.
La directora del Programa de Pequeños Cuerpos Espaciales, Carol Raymond, explicó que los brillos que retratan las fotografías siguen siendo un "misterio".
"Nunca antes habíamos visto en el espacio unos brillos como estos. Están dentro de un cráter en el que la Agencia Espacial Europea (ESA) encontró vapor de agua y no sabemos si podría estar relacionado", explicó Raymond.
Las imágenes que permiten ver los brillos, y que Raymond mostró durante su rueda de prensa, fueron tomadas por la sonda a finales de febrero a una distancia de 29.000 millas (46.000 kilómetros) del planeta enano.
El investigador principal de la misión de Dawn, Chris Russell, explicó en un comunicado que los brillos de Ceres podrían tener un origen volcánico, pero prefiere esperar a disponer de imágenes de mayor resolución para poder hacer afirmaciones geológicas.
"Estudiar a Ceres nos permitirá hacer una investigación histórica del espacio, podremos adentrarnos en el primer capítulo de la historia de nuestro sistema solar", afirmó el director de la División de Ciencias Planetarias de la NASA, Jim Green, en videoconferencia desde la sede de la agencia espacial en Washington.
"Los datos enviados desde Dawn podrían contribuir a avances significativos en nuestra comprensión de cómo se formó el sistema solar", destacó el científico.
La sonda Dawn ya visitó, durante 14 meses, entre 2011 y 2012, al asteroide gigante Vesta, que, como Ceres, se encuentra en el cinturón de asteroides comprendido entre las órbitas de Marte y Júpiter y que alberga cientos de cuerpos celestes.
Entonces, la sonda consiguió tomar más de 30.000 imágenes del cuerpo y proporcionó a los científicos mejores conocimientos sobre la composición y la historia geológica de Vesta, que tiene un diámetro medio de 326 millas (525 kilómetros).
Ceres, con un diámetro medio de 590 millas (950 kilómetros), podría haberse formado más tarde que Vesta y podría ser más frío en su interior, según explica la NASA en su web.
Pruebas científicas, recogidas por la agencia espacial, sugieren que Vesta sólo conserva una pequeña cantidad de agua, ya que se formó antes que Ceres, cuando el material radiactivo era más abundante y hacía más calor.
Según la NASA, Ceres podría albergar un grueso manto de hielo, esconder un océano bajo su corteza helada.
Además, los científicos estiman que el 25% de su masa planetaria podría ser agua.
EFE
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