La compañía de Elon Musk podrá realizar hasta 25 lanzamientos anuales desde su base Starbase en Texas, quintuplicando la cifra previamente permitida de cinco al año.
La Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos ha autorizado a SpaceX a aumentar la frecuencia de lanzamientos de su sistema Starship desde la base de Starbase, en Boca Chica, Texas. La empresa de Elon Musk podrá realizar hasta 25 lanzamientos y aterrizajes anuales, cinco veces más que los cinco permitidos antes.
Este permiso marca un paso clave para los ambiciosos planes de SpaceX, cuyo objetivo es convertir a Starship en un vehículo totalmente reutilizable capaz de transportar carga y tripulación tanto a la órbita terrestre como a destinos más lejanos. Con su gigantesco propulsor Super Heavy, la nave está diseñada para realizar misiones de gran escala, incluyendo vuelos tripulados interplanetarios en el futuro.
Tras más de tres meses de revisión bajo la actual administración federal, la FAA concluyó mediante una exhaustiva y rigurosa evaluación ambiental final que el aumento de la actividad espacial en la región no generará impactos ambientales significativos.
Condiciones ambientales
No obstante, la aprobación incluye condiciones específicas para mitigar posibles impactos en el ecosistema. Entre las medidas exigidas a SpaceX figuran la limpieza periódica de playas cercanas, controles de calidad del agua, limitación de luces en temporada de anidación de tortugas marinas y aportes a organizaciones ambientales.
A pesar de la resolución favorable, grupos ambientalistas han expresado preocupación, señalando que la zona de Boca Chica es ecológicamente sensible, al colindar con parques y refugios de vida silvestre que albergan especies en peligro de extinción.
El anuncio se produce en un contexto político complejo. Aunque la solicitud inicial fue presentada durante la administración de Joe Biden, la aprobación final llegó tres meses después del inicio del segundo mandato del actual presidente Donald Trump. Elon Musk, conocido por su cercanía con la actual administración, ha abogado por una reducción de las regulaciones federales que afectan a sus empresas.
Además, recientemente SpaceX logró incorporar Starbase como ciudad independiente, con empleados de la empresa ocupando cargos clave en la nueva administración local, lo que le otorgará mayor control sobre las regulaciones y normativas de la zona.
En un comunicado enviado por correo electrónico, FAA aclaró que, si bien la evaluación ambiental está concluida, SpaceX aún debe cumplir con otros requisitos para obtener las licencias definitivas, incluyendo revisiones sobre políticas de seguridad, carga útil, responsabilidad financiera e impacto ambiental continuado.
Con este paso, SpaceX queda un poco más cerca de convertir sus ambiciosos planes interplanetarios en realidad, aunque las tensiones entre innovación tecnológica y conservación ambiental seguirán marcando el ritmo de sus operaciones en Texas.
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