Una reciente decisión empresarial en Europa vuelve a colocar a Tesla, y en particular a su CEO, Elon Musk, en el centro de un debate creciente sobre el impacto de la imagen personal en la reputación corporativa.
La empresa de vehículos eléctricos Tesla, liderada por Elon Musk, enfrenta una de sus crisis más significativas en Europa. A pesar del crecimiento sostenido del mercado de autos eléctricos en el continente, Tesla ha visto desplomarse sus ventas en casi un 40 %. ¿La causa?: la figura de Musk y sus cada vez más polémicas posturas políticas.
En los últimos meses, su cercanía con Donald Trump y su apoyo a movimientos de extrema derecha han generado preocupación no solo entre consumidores, sino también dentro de Tesla. Trabajadores de la compañía han pedido su salida como CEO y en Europa varias empresas han comenzado a replantearse su relación con la marca.
El caso Tscherning
Un ejemplo es el de la empresa danesa Tscherning, dedicada al rubro de la construcción. En un comunicado en LinkedIn, anunció su decisión de devolver toda su flota corporativa de vehículos Tesla. En el mensaje, la compañía fue enfática al señalar que no se trata de una crítica a la calidad del producto, sino a los valores de la marca.
“Hemos decidido entregar las llaves de nuestros coches de empresa Tesla, no porque Tesla se haya convertido en un mal coche, sino a la luz del compromiso político de Elon Musk y las posiciones que ha expresado públicamente”, afirmó la empresa danesa.
“No queremos estar asociados con los valores y la dirección política que actualmente acompaña a la marca Tesla. Por lo tanto, hemos decidido sustituir nuestros coches Tesla por alternativas europeas”, concluyó.

Comunicado oficial de la empresa danesa Tscherning, publicado en LinkedIn, donde explica su postura frente a Tesla y Elon Musk.Fuente: LinkedIn: Tscherning
Este movimiento no es un caso aislado. En noviembre de 2024, Rossmann, una de las cadenas de farmacias más grandes de Europa, también decidió dejar de adquirir vehículos Tesla, en rechazo al apoyo público de Musk a Trump y a su línea ideológica.
Además, la creciente polarización en torno al empresario ha derivado incluso en actos de sabotaje contra concesionarios de Tesla en países como Alemania, Italia y Francia. Todo esto refleja un cambio de percepción: para muchas personas y organizaciones, Tesla ya no es simplemente un símbolo de innovación, sino también de una visión política con la que no todos están dispuestos a alinearse.
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