Debido a la presencia del COVID-19 en China, las fábricas de Foxconn y otras regiones no podrán mantener el ritmo de confección de iPhones, Airpods y otros dispositivos de Apple.
La expansión de una nueva cepa de coronavirus continúa impactando en la economía global, y directamente al corazón de la industria tecnológica. Tras los reportes de Foxconn y otras plantas de ensamblaje en la zona de Hubei y Henan, provincias atacadas por el COVID-19, los plazos de entrega comienzan a entrar en rojo y las marcas ya hacen números para reducir el impacto económico. Una de las grandes afectadas es Apple.
La marca de la manzana advirtió a los inversionistas que la presencia de coronavirus impactará en las ganancias del primer trimestre del 2020, y posiblemente los tiempos de entrega de nuevos dispositivos se dilaten.
“No creemos llegar a la ganancia pronosticada para marzo debido a dos factores importantes”, señaló Apple en un comunicado. SI bien el primer factor se asocia a la epidemia, el segundo está relacionado al descenso de ventas en China.
De acuerdo con reportes del New York Times, la firma tuvo que cerrar 42 tiendas en China a finales de enero, pero reabrieron muy pocas en Beijing y en ciertos horarios. Eso, sumado a la baja demanda de iPhones en ese país, propicia el bajo rendimiento en esta parte del año.
Jeff Kvaal, analista de Instinet consultado por Business Insider señaló que la desaceleración en la producción podría reducir las ventas de 65 a 61 mil millones de dólares. “Apple indica que sus instalaciones fuera de Hubei han reabierto, pero no al ritmo deseado”.
A pesar del impacto, Apple se mantiene atento a la evolución de los hechos: “Nuestra primera prioridad, ahora y siempre, es la salud y la seguridad de nuestros empleados, socios de la cadena de suministro, clientes y las comunidades en las que operamos. Nuestra profunda gratitud es con quienes están en primera línea para enfrentar esta emergencia de salud pública”.
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