El móvil insignia de la compañía coreana mantiene el diseño del S8 con la mejor pantalla del mercado. También presenta mejoras en la cámara y mayor potencia.
Por Jesús Veliz
Si hay una empresa que ha demostrado resiliencia en estos últimos años, definitivamente es Samsung. Tras los terribles pronósticos financieros, luego de los incidentes reportados en 2016 con el Note 7, han sabido esperar oportunamente el momento preciso para reaparecer en la industria. Mientras el S8 significó un aire fresco en la industria móvil, el Note 8 representó la sana terquedad de la marca surcoreana en el nicho que diseñaron a pulso. Ahora, tras un 2017 en el que recuperaron la confianza del usuario, aparece un S9 que se basa demasiado en el modelo anterior, pero que deja cierto margen de sorpresa. He usado este teléfono – la versión PLUS - como equipo principal durante un mes, luego de su aparición en el Mobile World Congress de Barcelona, y esta es mi reseña.
Un diseño continuista, pero precioso
158.1 X 73.8 X 8.5mm
189 gramos de peso
Certificación IP68 – hasta 1.5 metros de profundidad en agua por media hora
No hay demasiadas sorpresas en este punto, y tampoco debemos esperarlas. El S8 del año pasado fue el gran cambio de paradigma que la industria necesitó para redirigir conceptos en construcción. Este S9 hace pequeños ajustes a lo que ya conocemos: una sutil reubicación de los botones de volumen, asistente y bloqueo, un milímetro menos en la parte inferior de la pantalla y un sutil cambio en la forma del parlante en la base del equipo. ¿Los cambios más evidentes? Tenemos un parlante frontal sobre la pantalla, lo que nos permite ahora tener experiencia estéreo en multimedia y juegos. Además, el sensor de huellas dactilares cambia de lugar a uno más cómodo, casi dando la razón a la comunidad que criticó duramente la ubicación de este componente en el S8. El cambio final radica en el nuevo lente trasero del modelo PLUS, pero ya llegaremos a ese punto pronto.
Mantenemos también el borde de aluminio que identifica a la saga Galaxy, además del acabado en vidrio con Gorilla Glass 5 en ambas caras del teléfono. Se siente muy premium, pero la parte trasera suele ser un imán de huellas, además de una superficie muy propensa a rayones. Ya me había pasado con el S8 el año pasado y me vuelve a pasar con este S9. Compra un protector. Y es que no podemos hacer mucho contra eso tampoco, ya que diluimos el concepto “premium” de un teléfono de excelente acabado, cubriendo cada parte frágil con un case o un vidrio templado. Ojo, no es endeble ni mucho menos, pero prefiero cubrirlo para protegerlo. Es una pena, evidentemente, tener que cubrir algo tan bonito. En serio.
La mejor pantalla del mercado
Super AMOLED 6,2 pulgadas (84,2% de espacio total del frente)
Resolución de 2960 X 1440, relación de aspecto 18.5:9
Argumento repetido del año pasado. Estamos ante la mejor pantalla del mercado. Hasta hoy, no hay rival para Samsung en este punto. El único panel capaz de destronar al S8 ha sido este S9. Así capitaliza Samsung su mayor valor agregado, y parece difícil que alguien pueda quitarle este privilegio. Y no es un tema de “percepción”, sino que DisplayMate ha sido la responsable de certificar este resultado tan preciso.
Si tomamos en cuenta la luminosidad, esta pantalla emite 1130 nits, lo que la hace más luminosa que la del S8 hasta en un 20%. Además, mejora hasta en 400 nits la luminosidad de la pantalla del iPhone X (dicho sea de paso, la pantalla del iPhone X es hecha por Samsung), lo que permite usarla sin problemas debajo de luz directa.
Este apartado gana relevancia por otras razones: la reflectancia del panel bajo luz muy fuerte es bajísima, es un panel pensado para los altos estándares de consumo multimedia (HDR 10, por ejemplo), su consumo energético está bien regulado (recordemos que podemos reajustar la resolución de la pantalla a medidas inferiores a los 2960 X 1440 para optimizar la autonomía mientras no consumimos contenido de YouTube o Netflix), la desaturación de colores frente al panel del año pasado, la amplia gama de configuración de color por software, la profundidad de los tonos oscuros, y el impacto de este nuevo Infinite Display que ha comido borde hasta un punto sin retorno. Y, sobre todo esto, optimiza la imagen para multimedia.
Sin embargo, es una pantalla que añade herramientas interesantes. Al igual que años anteriores, este panel Super AMOLED permite el uso de “Always On Display”, el aprovechamiento de la pantalla apagada para notificaciones de apps, control de música, calendario e información importante sin encender el panel. Otro atributo es la compatibilidad con 3D Touch, que nos permite activar opciones de las apps instaladas sin ingresar a ellas. Además, podemos configurar la luminosidad del borde de la pantalla para que se active ante notificaciones puntuales, como WhatsApp o correo.
Quizás el único punto en contra que he notado con esta pantalla es la cantidad de toques casuales que he dado en los bordes. Me explico: cuando uso el teléfono, suelo extender mi dedo índice izquierdo para darle soporte al equipo y evitar que se caiga. Esto provoca que mi dedo descanse sobre el punto más extremo de la pantalla, generando un toque involuntario. Me ha pasado que no he podido golpear en Shadow Fight 3 porque ya estaba tocando la pantalla en otro lado, o que un menú se activa de manera involuntaria con ese dedo. Entiendo que yo tengo la culpa, pero es más una advertencia de uso que una queja.
No se puede decir nada más de un panel que supera al resto, incluso a los modelos previos. Sorprende siempre que Samsung logre superar lo que nosotros ya consideramos insuperable. Samsung ha abierto el camino a los paneles de relación 18:9 de aspecto y es un formato que ya se ve en gamas de entrada incluso.
El peso muerto de Bixby en software
Android 8.0 Oreo
Samsung Experience 9.0 / Integra Bixby 2.0)
Seamos honestos: muchas veces, los teléfonos vienen precargados de software que usamos una o dos veces, como máximo. Con los años, Samsung ha aprendido a ajustar su personalización. Desde la vieja TouchWiz, su capa de personalización, se han eliminado elementos innecesarios que le permitían al usuario, por ejemplo, mover las fotos en la galería sin tocar la pantalla. Así, en las últimas versiones, se han deshecho de peso muerto en el disco duro. Ahora tenemos una interfaz más pulida, que responde mejor a los flujos de Android 8 Oreo y que nos permite modificaciones en el uso directo del sistema, como la doble pantalla, el Picture In Picture, el cambio de resolución de la pantalla, la limpieza de memoria, la optimización integral del equipo, la seguridad de datos a través de KNOX, los botones de navegación y otros tantos componentes que se agradecen preinstalados.
El software del S9, por lo pronto, encierra varios misterios. Uno de ellos es la capa EDGE, heredada de los modelos con pantalla curva de hace casi 3 años. Hoy se ve más nutrida, con más opciones de lanzamiento de apps, contactos, notificador de noticias, control multimedia, regla y todo cuanto los desarrolladores sean capaces de añadir a esta suite integrada al borde de la pantalla.
Otro punto tiene que ver con la seguridad. Aquí Samsung ha invertido mucho en comunicar todo el abanico de estrategias diseñadas para el resguardo de la información, como el acceso a través del escaneo facial, de la lectura de iris y del reconocimiento de huellas dactilares. En conjunto, se están esforzando en hacer virar el hábito a algo que no está integrado en el equipo de manera directa, sino acomodada en sensores fuera de la vista del usuario. Por lo pronto, mi método de desbloqueo preferido continúa siendo el lector de huellas. Por más que intenté acostumbrarme al escáner de iris y el reconocimiento facial, la reubicación del sensor de huellas ha provocado que me mantenga pegado a ese sistema.
El elefante blanco aquí tiene un nombre: Bixby. Es el segundo año en el que Samsung integra este asistente virtual en su teléfono, que ahora añade reconocimiento de imagen, acceso rápido a tiendas virtuales para comprar lo que la cámara observa en tiempo real y ubicación basada en realidad aumentada con información del entorno. Incluso su sistema de traducción es bastante eficiente. El problema para este lado del mundo es múltiple: debido a que ni siquiera la primera versión del asistente está disponible en español, es absurdo tener a Bixby funcionando en Latinoamérica. Por otro lado, toda la logística detrás del asistente se desperdicia porque aún Bixby no tiene un ecosistema nutrido como Google o Apple. El poco aprendizaje que Bixby desarrolló en mi anterior S8 no migró al S9, nunca noté que el equipo anterior se haya desplazado a este nuevo de manera integral. Y no me refiero a fotos, mensajes o apps. Me refiero a las horas de inversión en que el asistente tuvo que adaptarse a mis hábitos de sueño, mi uso de aplicaciones, mi propia gestión de contenidos. Nada. Gracias a Dios tenemos la chance de desactivar el botón del asistente – ubicado debajo de los botones de volumen -, pero no podemos reutilizar ese botón como uno de conveniencia y de manera nativa. No existe argumento a favor de Bixby frente a Google Assistant. No hay.
Lo que sí me sigue pareciendo un acierto en software es DeX. A pesar de no haberlo probado a profundidad, me fascina la idea de extender una potente unidad de trabajo a algo más que un dispositivo en el bolsillo. Samsung DeX funciona como una PC de escritorio pensada para trabajo de oficina – empuja mucho de Office, navegación web y uno que otro juego ligero -, y que nos permite acceder a una suite más integrada a la oficina móvil. Lamentablemente, tiene un costo adicional en hardware. No es algo para todos, definitivamente.
¿La cámara reimaginada?
Doble lente: ambos de 12MP (f/1.5 – 2.4 principal y f/2.4 telefoto
Estabilización óptica, grabación dual de video
Super Slow Motion 960fps
Slow Motion 1080 240fps, grabación 4K 60fps
Cámara delantera de 8MP f/1.7 con autofocus
“La mejor cámara de fotos es la que llevas contigo”, reza un viejo dicho. En este caso, Samsung dota de tremendas condiciones a la cámara que llevas contigo. Si bien el modelo de 5.8 pulgadas no tiene lente doble, sí lleva las bondades del lente primario de 12MP. Toma unas fotos de estupenda calidad, incluso en condiciones lumínicas difíciles. Aquí Samsung alimenta a su sensor de un mayor tamaño de pixel – en relación 1.4 a 1 en el principal para permitir más ingreso de luz – y de una distancia focal realmente buena para primeros planos, desenfoques suaves y muy buen acabado. La ventaja del segundo lente radica en el teleobjetivo de 52mm, y poder hacer zoom sin pérdida de hasta 2X, además del popular modo RETRATO y su desenfoque detrás del objetivo. Es algo que ya habíamos visto en el Note 8, pero que ahora se ve fortalecido con la velocidad del proceso de imagen.
Hay mucho que contar de estas cámaras. Para empezar, nos encontramos con un equipo capaz de variar su apertura manualmente – sí, casi como una DSLR pero con evidentes limitaciones -, y pasar de una apertura de 2.4 a una de 1.5, la primera en un teléfono. Esto emocionará, seguramente, al 5% de usuarios del teléfono que no dispara en modo automático. Para el resto, será simplemente un detalle más.
Personalmente, creo que Samsung tiene en este punto una estrategia de marketing contundente, en la que basará su discurso respecto a la “cámara re imaginada”, el speech promocional del S9, mostrando cómo se abre y cierra el lente. Algo que no se usará manualmente así nomás. Ojo, no digo en ningún momento que sea un mal equipo, o que sus cámaras son malas. No. Es un teléfono que toma fotos muy buenas en todo tipo de condiciones. Si logras asociar tu hábito a un editor de fotos, tendrás un combo ganador. Muy buena captura de detalles, tremendo balance de colores, gran apertura, muy buen manejo del HDR y una rapidez en disparo que ya quisieran otros. Es solo que la apertura variable no será la prioridad para tus fotos.
En video, Samsung promociona su modo SUPER SLO MO. En concreto, este equipo es capaz de grabar a 960 cuadros por segundo a una calidad de 720p. El resultado tiene pros y contras. Por un lado, es asombroso ver sutilezas en el movimiento rápido de objetos y hay muchas sorpresas al capturar imágenes a esa velocidad. Por otro, necesita de muchísima luz para obtener tomas de calidad regular. Siempre activa la opción Super SloMo cuando tengas mucha luz en el ambiente. Sin embargo, el gran salto en la grabación es lo menos promocionado por Samsung: su capacidad de grabar en 240 cuadros por segundo en Full HD. No está activada por defecto, pero puedes hacerlo ingresando al menú “modos de cámara”. Incluso cuenta con grabación en 4K a 60 cuadros por segundo, pero deshabilita el zoom óptico en esa configuración. En verdad, es una navaja suiza para realizadores multimedia.
La cámara delantera se lleva las palmas, a mi juicio. Por fin notamos claramente un lente delantero con buen manejo del HDR y auto enfoque. A diferencia de otros lentes, el lente del S9 puede enfocar por toque lo que queramos del encuadre. Para videologs, es el equipo por considerar.
Punto aparte son los AR Emojis. Samsung decidió destacar esto durante el Keynote en Barcelona, como una clara respuesta a los ANIMOJIS. A diferencia de Apple, Samsung propone situaciones más interesantes y democráticas para su uso: un partnership con Disney para incluir personajes de esa firma en el catálogo, crear un Emoji de uno mismo, publicarlo en diferentes plataformas abiertas -WhatsApp, Messenger, Telegram – y poder ajustar a detalle la representación virtual de uno mismo. ¿La verdad? No los he vuelto a usar desde que lo anunciaron en el evento. Me parece que tienen demasiados errores de ejecución, son muy inestables, tiene algunos avatares poco atractivos, y el uso diario que podemos darle está muy limitado al catálogo que ellos proponen. Parece que apuraron la decisión de colocarlos en el S9, básicamente para contestar a Apple. Creo que esperaré a ver qué proponen el otro año. Sin embargo, lo que sí reconozco es que han redirigido la tecnología a un campo más abierto, y que le ganaron el acuerdo de Disney a Apple. Más allá, no le veo relevancia.
Fotos tomadas con el Samsung S9 Plus.
Eficiencia en todo momento, por fin
Exynos 9810, 6GB de RAM, 64GB de almacenamiento interno
Mali G72 MP18, Bluetooth 5.0 dual audio, Wifi AC, el equipo que llega a Perú tiene radio FM
Estamos ante uno de los equipos más potentes del año. A diferencia del modelo anterior, tenemos 6GB de RAM que ayudan al procesador a controlar la vehemencia en el flujo de procesos. Sientes un equipo que está optimizado por varios frentes: versión e Android, procesador, cantidad de RAM, tarjeta gráfica. Todo encaja muy bien en el uso diario. Es normal que eventualmente ocurran ciertos hipos en el sistema, unos pequeños momentos de “cuelgue” al día, pero son muy esporádicos. La calidad del audio es fenomenal, ahora que llevamos DOLBY ATMOS dentro, empujando la parte de audio a un nivel muy bueno, debido a la compatibilidad con archivos de 32 bits. Incluso podemos ajustar la potencia del audio de manera sencilla mediante un examen de audiometría que el equipo desarrolla. Ajusta el nivel del audio a tu necesidad. El bluetooth 5 permite utilizar dos salidas de audio simultáneas sin saltos, ideal para dos personas que comparten el mismo contenido multimedia en un viaje. La conectividad no decae, la calidad de las llamadas es muy buena en redes veloces, pues cuenta con cancelación de ruido.
Afortunadamente, y como detalle a la evolución en construcción, es un equipo que no se recalienta como uno podría esperar. No es un témpano de hielo, pero en procesos pesados – juegos de mucha demanda gráfica, multitasking, edición de video en FilmoraGo, incluso en grabación 4K o a 960fps – es un dispositivo que se mantiene con una temperatura ligeramente por encima del promedio, pero que no llega a arder. Es muy raro ver un equipo rápido mantener la velocidad en todo momento. Luego de este mes de uso, he visto un rendimiento más parejo que el del S8 durante el mismo tiempo de prueba.
El Plus no es por la batería
3500 Mah, carga rápida, carga inalámbrica rápida
Y si tengo un equipo muy indómito, debería esperar una batería que aguante ese trajín. Pues no. Aquí se mantiene la deuda de Samsung, y aún no es suficiente. Hoy otras marcas ostentan hasta 4000 mAh en grosores parecidos al del S8, e incluso con más velocidad de carga. Sin embargo, parece que Samsung no se quiere apurar en liberar el potencial de carga en esta versión. Seguramente la cautela se basa en los incidentes ocurridos con el Note 7, y sería terrible que eso sucediera de nuevo con un flagship. Fuera de eso, no he tenido problemas en carga rápida – muy aceptable, por cierto – ni en carga inalámbrica raída.
En promedio, he utilizado el equipo entre 8 y 10 horas en uso intenso. Ni bien desconecto el equipo del cargador, me avisa acerca de las 12 horas disponibles en esta configuración por defecto. Creo que aún no encuentran la manera de empujar esta experiencia más allá de la jornada de trabajo, y es un patrón recurrente desde el S8.
Afortunadamente, contamos con configuraciones de ahorro de batería que reducen el uso de datos en segundo plano, notificaciones constantes, brillo en pantalla y otros procesos que vayan consumiendo energía. En mi caso preferí no correr riesgos, y cargaba el equipo cuando baja el 30% de energía
¿Vale la pena?
Sí, pero ¿a quién? Pues aquí las respuestas son variadas. Si tienes un S7/Edge o un Note 5, es un excelente momento para dar el salto al S9. Si vienes de un S8 o un Note 8, es mejor que esperes al otro año. Hay diferencias entre estos modelos continuistas, pero no son tan drásticas como para dejar un teléfono que hoy se mantiene potente. Si vienes de otra marca de Android, aún mantendrás el agujero para audífonos, tendrás la mejor pantalla del mercado y contarás con un equipo de rendimiento muy parejo en todas las áreas.
Si vienes de un iPhone 7, haz el salto. Si es el iPhone 8 y sus variantes, mejor mantente al margen del cambio. Samsung ha sabido exprimir el buen momento que atraviesa, y este S9 ratifica esa dirección. El otro año, sin embargo, ya es momento de sorpresas. Se cumplen 10 años de la dinastía “Galaxy”, la inteligencia artificial comienza a acaparar el desarrollo, el mercado se va acomodando bajo la guía del S8 y serán menores los espacios para la sorpresa. Ese espacio es vital para Samsung en 2019. Lo esperamos con ansias.
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