En el segundo capítulo de la ficción de Netflix, las tensiones entre el cantante y su padre llegan a un punto crítico.
“No soy tu proveedor, no soy tu empleado ¡soy tu hijo!”, le espeta Luis Miguel a su padre, cansado de sus mentiras y manipulaciones. Es el segundo capítulo de “Luis Miguel, la serie” -coproducito por Netflix y Telemundo- y la tensión entre padre e hijo llega a un punto crítico.
La ficción nos acerca así a uno de los tres grandes misterios de la carrera del cantante mexicano: la compleja relación con su padre. Los otros -la desaparición de su madre y las razones detrás de su intenso historial amoroso- van apareciendo poco a poco.
Recuerdos de la niñez y el presente se van intercalando para vislumbrar la complicada relación entre Luisito Rey y su hijo. Son ya conocidas las dificultades en la carrera de un niño artista. En este caso, un adolescente Luis Miguel (interpretado por Diego Boneta) se da cuenta que su carrera no puede estar en manos de alguien en quien no confíe. La persona que siempre lo acompañó e instruyó es de quien debe desconfiar. Lecciones que se aprenden en el camino a la fama: no siempre es bueno mezclar la familia y los negocios.
La fotógrafa Mariana Yazbek, primer amor del artista, le da la fuerza para enfrentarse a su padre. Pero ¿cuánto tiempo más la veremos al lado de 'El Sol de México'? Veremos.
En tanto, la ausencia de la madre, Marcela Basteri, se menciona disimuladamente. Sus hijos desconocen su paradero y Luis Miguel tiene otras cosas en mente como para preocuparse. Un misterio que dudamos se resuelva en la serie.
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