Las infidencias de Monserrat lograron inquietar a la hija de Charo que termina por entrarse de toda la historia del campamento realizado en la oficina de Miguel Ignacio.
Teresa esta devastada tras la ruptura con Manolo quien le dijo que no la ama. Ella dice que nadie termina con ella. “Yo soy la que termina contigo. Vete de aquí”, le dice “Yo no soy de las mujeres que corre detrás de un hombre pidiendo amor”, le dice. Manolo se va y ella va detrás de él quien le vuelve a decir que no la ama. Ella queda llorando amargamente y en eso aparece don Gil que le pregunta por lo que le pasa. “Es que terminé con Manolo. Mi mamita siempre me decía que tenía que aspirar a algo más alto que un periodista de medio pelo”, dice y deja solo a su padre que se queda preocupado.
Grace encara a Pepe y Tito y les exige que le digan qué fue lo que pasó en la discoteca campamento. Ellos dan una serie de rodeos sin éxito. “¡¿Me quieren ver la cara de idiota?!”, grita Grace. “Es momento que sepas toda la verdad. Nunca estuvimos en una discoteca llamada campamento. Estuvimos en la oficina de Miguel Ignacio”, le dice Pepe. “Nicolás estuvo allí. Me mintió”, dice Grace. “Yo no voy a apañar las cosas de Nicolás”, dice Pepe. “Mientras estuvo allí todo estuvo bien pero después que se fue, yo no pongo mis manos al fuego”, dice Tito. “Eso es todo lo que quería saber”, dice Grace y se va.
Fernanda le pregunta a su padre respecto a lo que le dijo Joel. “¿A quién le crees a Joel o a mí? Lucho González es el responsable de todo”, le dice “En ningún momento mencioné a Lucho González. ¿Por qué me hiciste eso papá?”, le replica Fernanda. Finalmente Miguel Ignacio le confiesa que fue él quien montó todo para impedir su matrimonio con Joel. “Eres un ser despreciable”, le dice a su padre. “Después de esto no sé si podré llamarte papá”, añade. “¿De verdad te ves casada con ese infeliz? Una chica bien manteniendo a un don nadie. Fue la única forma de salvarte de ese fracaso”, le dice su padre. “Lo que me hiciste fue horrible. Joel y yo no somos el uno para el otro”, alcanza a decir. “¿Todo bien entre nosotros, nada de resentimientos?”, le pregunta Miguel Ignacio. Fernanda sale llorando de su oficina.
Grace enfrenta a Nicolás. “Me mentiste. No estuviste en ninguna discoteca sino en la oficina de tu papá con un montón de resbalosas”, le dice a su asombrado marido. “¿Qué pensaste, que mi tío te iba apañar tus cochinadas? Me mentiste. En qué quedamos Nicolás, quedamos en que me ibas a decir la verdad aunque doliera. Esto se acabó. Cómo puedo creer en ti. Mientras estaba acompañando a mi mamá, tú me estabas engañando. Eres igual a tu papá, solo te quieres a ti mismo. No metas a tu hija en tus cochinadas”, le dice. “Te juro que entre Kerly y yo…”, dice Nicolás y Grace lo abofetea. Nicolás toma sus cosas. “Me largo de este infierno”, le dice a Grace.
Fernanda llega a su casa y ve enfrente a Joel y Cayetana acariciándose. Llega justo en el momento en que Nicolás se va. “Esta casa está llena de problemas. Felizmente estoy soltera”, dice. “No tengo a nadie”, añade con un tono de tristeza.
Manolo llega a su departamento y encuentra a su madre desmayada. Sale a pedir ayuda y se encuentra con Carlos Cabrera a quien pide ayuda. Logra reanimarla y le pregunta si tiene presión alta. “Solo cuando tengo un disgusto”, le dice. “Échame a mí la culpa”, le dice Manolo. El doctor le dice que descanse dos horas y que luego busque la ayuda de un médico general. “Es un buen profesional, es muy cálido y además es muy guapo”, comenta Socorro mientras Peter da un golpe en la mesa. “¿No me vas a decir que el doctor Cabrera es mejor que yo?”, le pregunta Peter. “No sé qué decirte”, responde Socorro.
Fernanda busca a su abuela y le dice que su padre le arruinó la vida. Y le cuenta lo de las tres mujeres y Francesca le dice que sí lo cree capaz aunque el modo en que lo hizo no le parece. “En algunas unas cosas tú y mi papá se parecen tanto”, le dice Fernanda y sale del cuatro de su nona. “Gracias Miguel Ignacio”, dice Francesca una vez que está a solas.
Manolo va en busca de Rubí. “Es hora de ser feliz”, dice. Toca la puerta de una casa y Rubí es quien abre la puerta. “Terminé con Teresa”, le dice Manolo. “Después que nos besamos no he podido sacarte de mi cabeza. Me transporté a Iquitos donde viví el momento más feliz de mi vida”, le dice. “Fue el mío también”, responde Rubí y sale con una maleta.
Nicolás se encuentra en la playa con su amigo Rasec. Inicialmente le dice que está bien pero luego admite que está harto de Grace