Conversamos con Christina Hendricks y Kristine Froseth, protagonistas de la serie The Buccaneers, cuya segunda temporada acaba de estrenarse con un nuevo episodio cada semana.
Hay triángulos amorosos, dramas familiares, muertes y un lazo de hermandad que supera cualquier conflicto. Así puede describirse el drama constante que ofrece The Buccaneers, la serie inspirada en la novela inconclusa de Edith Wharton, cuya segunda temporada acaba de estrenarse con un nuevo episodio cada semana.
La serie de Apple TV+ presenta a un grupo de cinco amigas que irrumpen en la alta sociedad londinense de la década de 1870. Nan, Conchita, Jinny, Mabel y Lizzy vivirán todo tipo de experiencias mientras se ajustan el corsé para bailar, enamorarse y, si tienen suerte, encontrar un marido, con o sin título nobiliario, con quien puedan formar una familia.
¿Qué piensan las protagonistas de esta historia? Conversamos con Christina Hendricks y Kristine Froseth, madre e hija en la ficción.
“Creo que siempre es maravilloso ver relaciones femeninas hermosas e inspiradoras, o con las que la gente pueda identificarse y reconocer como importantes. Alguien mencionó que una gran parte de la serie es la relación entre las hermanas Nan y Jinny, porque refleja un vínculo muy importante en su propia vida”, explicó Christina Hendricks.
Por su parte, Kristine Froseth destaca que, aunque la serie transcurre en el siglo XIX, se toma libertades creativas con respecto al contexto histórico: “Nuestro show nos permite tener mucha libertad con respecto a la época en la que se desarrolla. No buscamos ser históricamente exactos, no estamos atados a nada específico, y depende de lo que los creadores consideren el aspecto más importante de cada escena”, revela.

La moda como símbolo de poder en la pantalla chica
Los minutos finales del primer episodio de la segunda temporada son cruciales para entender cómo Nan, la duquesa de Tintagel, abraza su poder, se rebela contra las autoridades y rompe con las expectativas que la sociedad impone sobre ella. Lo hace con un gesto simple pero poderoso: lleva un vestido imponente de color rojo, con una cola dramática de más de tres metros, en una fiesta donde todos debían asistir de blanco y negro.
¿Es ese el primer momento en el que demuestra su poder? Le consultamos. “Diría que sí. Es el primer paso para liberarse de la presión de la matriarca, de sus expectativas y de la sociedad en general de la época. Ella está haciendo un sacrificio por su hermana y ese momento [luciendo el vestido rojo] fue realmente hermoso. El equipo de peluquería, maquillaje y la diseñadora de vestuario hicieron un trabajo increíble al lograr que se viera empoderada y audaz”, responde Kristine Froseth y agrega que su personaje también usa su poder para ayudar a que su madre obtenga el divorcio.
El amor y otras adicciones
Llega un momento en la serie en el que Nan comete errores por seguir su corazón: juega con los sentimientos de Theo (Guy Remmers), ilusiona a Guy (Matthew Broome) y se enfrenta a su amiga por enamorarse del duque.
¿Fue contradictorio interpretar a Nan? Le preguntamos a Kristine Froseth, quien responde: “Me siento protectora con ella. En otra entrevista, alguien mencionó que ‘quiere todo y lo consigue’. Eso me hizo soltar un suspiro, porque en mi mente, sí, Nan comete errores, pero muchas de las cosas por las que pasa le fueron impuestas de una manera muy intensa y traumática, diría yo”.