La madre de Patrick encuentra el momento perfecto para darles su punto de vista acerca de inminente matrimonio de su hijo.
Reyna recibe llamada de Frida, la madre de Patrick, quien la invita a almorzar junto a su hija. Fijan el lugar del encuentro y Frida pregunta si será necesario enviarle una ambulancia. “No, no es necesario, con la Shirley tomamos un taxi y llegamos”, responde Reyna.
Las González llegan a un lujoso restaurante y están a la espera de Frida. “¡No se te vaya ocurrir pedir pollito con papas mamá!”, le advierte Sheyla a su madre. “Ah no, descuida, aquí el truco es ver cuál es el plato más caro, total la que invita es la que paga”, responde Reyna.
Llega Frida y todas se saludan. El mozo les pide la orden. Frida pide canard a l’orange (pato a la naranja). Reyna no sabe qué pedir. “Coque au viné”, dice bajito y el mozo no la entiende. Entonces Reyna le enseña el menú y el mozo entiende la orden "Coq-au-vin (gallo al vino", anota. “¿Hay ratatouille?”, pregunta Shirley. “¡Ay pues hijita! ¿Cómo va haber rata en un restaurante como este de cuatro cucharas?”, interviene Reyna. “Ratatouille es una especialidad regional francesa”, corrige Frida. “¡Sí claro, ya sabía!”, remata Reyna.
La conversación sigue respecto a los partes del matrimonio y la torta de la boda que Shirley quiere que tenga la forma de un avión. “Ya tenemos la iglesia separada”, dice Reyna. “¡Basta! ¡Estoy aquí porque no estoy de acuerdo con este matrimonio! ¡No voy a permitir que una trepadora quiera ascender socialmente a costa de mi hijo! ¡¿Cuánto quieres para alejarte?! ¡Te doy US$100.000!”, propone Frida.
Shirley se niega a recibir el dinero mientras Frida sigue subiendo la cifra hasta llegan a US$1.000.000, lo cual mantiene sin aliento a Reyna. “Yo solo quiero estar con Patrick, yo lo amo. Quiero ser feliz al lado de Patrick”, dice Shirley. “Mi hijo necesita una chica de buena familia y no alguien como tú. Acepta el dinero, con eso puedes cambiar tu vida”, insiste Frida. Shirley empieza a llorar. “No señora, Patrick vale más que eso”, le dice. “Ah, ¿quieres más?”, le responde Frida. Finalmente Shirley y Reyna, humilladas, deciden retirarse del restaurante.
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