AFHS: Gladys e Isabella se enfrentan por el amor de Miguel Ignacio

Isabella le ordena a Gladys que se quede en el monte junto con su salvajito, es decir Otto. “Estás buscando problemas y a mí me obedeces en lo que te diga”, le dice. “Yo no estoy buscando problemas, la que hace problemas es usted. Además Nachito quiere a mi Otto porque es igualito a él y si cree que soy parte del pasado de Nachito pues Otto es el futuro”, responde Gladys.

Viviana le dice a Charo que su plan de arruinar su boda no funcionó. “Raúl llevó a un juez de paz y nos casamos”, le dice mostrándole su anillo de bodas. Raúl está muy incómodo y trata de llevarse a su mujer pero Viviana insiste en mortificar a Charo quien les desea felicidad y un largo matrimonio. Viviana no cree en la sinceridad de Charo. “Yo no tenía ningún plan. Solo manifesté mis sentimientos”, dice Charo. “Me retiro a mi casa, me siento tranquila porque pensé que había arruinado su matrimonio”, añade. “No pienso bajar la guardia con ella”, le dice a Raúl.

Tanto Nicolás como Fernanda, le cuentan a Rubí y Joel, respectivamente y cada uno por su lado, que su abuela los quiere desheredar, noticia que causa una desagradable sorpresa en sus parejas. “Entonces tu nona te deshereda y te quedas en la calle”, le dice Rubí a Nicolás. “¿Tú estarías conmigo así no tenga un sol?”, pregunta. “Claro que sí, yo estoy enamorada de ti, no de tu plata”, responde Rubí. Un mozo de la cafetería donde están conversando se acerca y le habla a Nicolás. “Hay un problema señor De las Casas, su tarjeta no pasa”, dice lo cual provoca que Rubí se atore. Nicolás no tiene efectivo y le pide a Rubí que asuma la cuenta. “¡¿Yo?! Bueno, total son solo un par de helados”, dice pero está contrariada.

Mientras tanto Joel y Fernanda encuentran colgados un muñeco de Chucky y un pescado y suponen que se trata de una suerte de advertencia de Cayetana. Deciden denunciarla ante la policía.

Miguel Ignacio se entera por uno de los trabajadores del hotel de la Laguna Azul que Isabella ha ido a buscar a Gladys a su casa para entregarle una generosa propina. Nachito sale corriendo en una cuatrimoto a buscar a la madre de Otto y a su “gordita”.

Fernanda y Joel llegan a la comisaría con el pescado y el muñeco para denunciar a Cayetana. El comisario no les admite la denuncia y más bien opta por tomar el pescado y hacer un cebiche para todos los policías de la dependencia.

Lucho está por recibir a una señorita Centurión, que es hija de un señor Centurión que está por invertir en la construcción de un centro comercial. Lucifer le lleva los planos pero Lucho no sabe nada de construcción. “Yo solo sé de números, qué voy a hacer”, dice nervioso. Llama a una empleada que se encarga de explicarle a la señorita Centurión los pormenores del centro comercial y hasta le ofrece una maqueta para el fin de semana. “No es necesario. Quiero hablar con el señor González sobre costos”, le dice a la empleada que se retira de la oficina. “No me llame señora Centurión, llámeme Morgana y soy señorita”, le dice a Lucho.

Nicolás y Rubí salen de la cafetería. Él le agradece por haberlo socorrido con la cuenta. Y entonces saca la tarjeta de su billetera y nota que no es la suya sino de su nono Bruno. “Ya sé lo que pasó”, dice. Y, efectivamente, en otro lado de la ciudad Bruno y Susú están en un restaurante. “Mozo, tráigame el mejor Malbec que tenga. Me ha caído una platita del cielo”, dice levantando los brazos.

Reyna conversa con el curandero Rosendo Mallqui que ahora funge de abogado. Le dice que no quiere divorciarse de Lucho y hasta le muestra la ecografía que se tomó y por la cual pensó que estaba embarazada. Pero Mallqui se da cuenta que no podrá sacar nada del divorcio de Reyna. Y más bien busca a Grace a quien le propone llevar adelante su divorcio de Nicolás. Grace no quiere saber nada del tema y Reyna termina por echar a la calle a Mallqui.

Miguel Ignacio llega a la casa de Gladys y entra corriendo porque teme que estén peleando. “¡Nachito! ¡Gordito!”, dicen las dos mujeres al unísono. Miguel Ignacio quiere llevarse a Isabella porque quiere conversar con Gladys. “¡Yo no te dejo solo con esta anaconda!”, exclama Isabella. “Quiero ver a Otto”, pide Nachito y Gladys va en busca de su hijo. “Oh my, el niño de la selva, vámonos olvídate de ese niño”, dice Isabella. “Yo no me voy sin ver a Otto”, responde Miguel Ignacio. Llega Otto y Nachito se pone a jugar con él. Otto sonríe. “Este es su lugar, en Lima había muchos problemas. ¿Estás con la Palo seco, no? Bueno eso a mí no me interesa, ya no soy tu Gladys y tú no eres mi Nachito”, dice Gladys. “¡¡¡Gordito!!!”, grita desde fuera de la casa Isabella. “Ya vete, te llama la Palo seco, nosotros ya no somos nada tuyo”, le dice y Miguel Ignacio se va.

Raúl llega a su casa y encuentra a Viviana y Luciana jugando jazzes. Alguien llama a la puerta. Se trata de Dino Botteri. Raúl cree que Dino está interesado en su plan de campaña de venta de una marca de aceite pero en realidad está interesado en Luciana y al final empuja a su hija a que salga con Dino a dar una vuelta. Viviana se queda sorprendida de que Raúl esté utilizando a su hija para recuperar la campaña publicitaria que había perdido. “¿Quién, yo?”, pregunta Raúl.

Nicolás llega a su casa y se encuentra a su nona. “Eso de que me vas a desheredar por salir con Rubí, ¿es cierto?”, le pregunta. “Sí”, responde. “Creo que deben darse una oportunidad con Grace”, aconseja Francesca pero Nicolás insiste en que está tranquilo y eso es por Rubí. “Si esa chica es tan buena, querrá tu hija y a ti sin plata”, se queda pensando la nona.

Charo y Teresa conversan con Grace quienes le aconsejan que hable con Nicolás porque temen que él puede enjuiciarla y quitarle a su hija.