La esposa de Nicolás cree que ha perdido a su familia y que Cayetana los ha comprado y ordena a Monserrat no permitirle a ninguno de los González entre a la casa de los Maldini.
Grace ve a Cayetana y Joel bailando desde la ventana de la casa de los González. Charo trata de explicarle cómo ha cambiado Cayetana. “Después de esto, ustedes ya no son mi familia”, les dice a los González. “Lo lograste, los has puesto a todos en mi contra, ¿Qué sigue?”, le dice a Cayetana y se va a casa de los Maldini. “No me esperaba esto de ti tía y menos de ti mamá”, añade. Llega y le ordena a Monserrat que no deje entrar a nadie su familia a su casa, incluyendo su madre.
Reyna le pregunta a Lucifer por la identidad de la secretaria que está persiguiendo a su marido. “Ya no quedan hombres como él. Te envidio. Es un caballero a carta cabal”, le dice a la alterada esposa de Lucho. “Ah, o sea que tú eres la resbalosa”, responde Reyna pero llegan tres agentes de seguridad y la sacan del edificio a la fuerza. “¡De aquí no me muevo hasta que mi marido me diga qué está pasando!”, exclama. Y luego empieza a dar de gritos llamado a Lucho pero él no tiene intenciones de salir. Llega Miguel Ignacio y se entera que uno de sus ingenieros no quiere viajar a Arequipa. Miguel Ignacio se molesta y le ordena a Lucifer que le diga al ingeniero que viajará sí o sí. “Al próximo empleado que me venga con un problema lo pongo de patitas en la calle”. Lucho está aterrado y más cuando llegan una secretarias todas maltrecha. “Queremos hablar con el ingeniero De las Casas. "Mire cómo nos dejado la esposa de este señor”, le dicen a Lucifer pero ella les responde que el ingeniero no ve problemas personales, Y luego le pide a Lucho que tranquilice a su mujer.
Sor Verónica y Sor Paulina llegan a la casa de los Maldini buscando a Francesca. Sonríen dulcemente e infunden paz. Pero de pronto se les borra la sonrisa y cambian de expresión. “Usted destruyó al doctor Carlos Cabrera. Que Dios me perdone pero usted e irá derechito al infierno. Y como a usted le interesa el dinero, aquí tiene su millón. Ya encontramos otra alma caritativa que nos ayudará”, le dicen y se van.
Los Bogani hablan del momento que han pasado en casa de los González. “Joel es el amor de mi vida”, les dice Cayetana.
Grace le dice a Nicolás que Cayetana ha comprado a su familia. “¡No entiendo por qué me hace esto! No solamente se agarra de mi hermano sino de toda mi familia y lo hace para fregarme”, se queja. Nicolás sale en busca de Charo pero Pepe no lo deja pasar. Manolo quiere ir al baño y se encuentra con Teresa quien le cuenta lo que ha pasado y quiere que la consuele. Sube y le cuenta a su madre lo que está pasando. Socorro decide bajar a hablar con Charo. Y Manolo se va a El Floro porque ha recibido una llamada de su jefe. Al llegar le dicen de frente que está despedido.
Bruno recibe un mensaje de texto en su celular. “Estoy cada vez más cerca de ti”, lee. “Mi diosa de fuego me quiere. Estoy más enamorado que nunca”, dice y se sienta en la terraza con la esperanza de ver a Charo. Lo que no ve es que Carmela lo está vigilando.
Reyna está en la recepción de la constructora y llora y se lamenta de que Lucho la esté engañando. Los vigilantes la graban. Llega Lucho. “¿Qué quieres Reyna, quieres que me boten!”, le grita. “Yo sabía que tú eras así, sabía que me iba a tocar mi turno pero ni creas que te lo voy a dejar tan fácil”, grita.
Lucho le pide que se vaya a la casa pero ella insiste en sus gimoteos. Aparece Miguel Ignacio y le entrega un documento a Lucho. “Tú decides”, le dice. Es un ultimátum en que se le advierte que si su esposa viene a ser escándalo perderá su empleo.
Charo va a casa de los Maldini pretendiendo ver a su hija. Nicolás la recibe y le pregunta si Cayetana y Joel están juntos. Ella lo admite y Nicolás está dudoso. “Los padres de Cayetana son muy exigentes”, le dice. “Pero si Sebastián y Marisienka están encantados con Joel”, le responde Charo. “Pero los Bogani me pusieron mil trabas”, dice. Charo insiste en que quiere hablar con Grace. ntra al dormitorio de su hija. “Tenemos que hablar”, le dice. “Yo no tengo nada que hablar contigo”, responde Grace.
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