AFHS: Reyna pide perdón a Charo, Teresa, Pepe y Tito

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Tras lo que le dijo el padre Manuel Reyna entiende que todo lo que le ocurre se debe a sus malas acciones por lo que está decidida a cambiar.

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Reyna, Teresa y Charo se convierten en amigas luego que la esposa de Lucho es perdonada por todas las maldades que les ha hecho. “Creo que hay algo de verdad en sus palabras. Ojalá que no le dure poco tiempo el cambio”, le dice Charo a Teresa.

Manolo está ebrio y despotrica de las mujeres. “Nos ven la cara de pavos porque somos buenos, eso no lo podemos permitir. ¿Sabes cuál es la única solución a esto? ¡Matarse!”, dice e intenta arrojarse de la azotea de la casa de los González. Es contenido por Pepe y Tito con quienes está bebiendo cerveza. Sube Reyna y lanza su grito de guerra: Basuuuuura. “No Reynita, aquí la única basura soy yo”, le dice Manolo. Reyna se pone a llorar y les dice que está pagando sus culpas. “¿Chicos ustedes me perdonan?”, implora. Los muchachos dudan. “Chicos les puedo preparar un sándwich con tres jamonadas”, les propone. “¡Perdonada!”, dicen todos al unísono. Luego Reyna se coloca delante del cuadro de doña Nelly y bebe una copa de yonque. “¿Usted también me perdona doñita?”, pregunta. Y ella misma se responde: “Perdonada”.

Francesca duda de su primera impresión respecto a Rubí. “¿Y si mi nieto tiene razón y debo darle una nueva oportunidad?”, se pregunta. Pero Monserrat le dice que no puede hacer eso porque estaría apoyando una infidelidad. Hiro es de la misma opinión.

Miguel Ignacio manda llamar a Lucho para felicitarlo por haber logrado que Morgana Centurión decida invertir hasta 2030. “Habrá mucho dinero”, le dice. “¿Y yo seré parte de esto?”, pregunta. “Claro, si sigues trabajando así”, le responde Miguel Ignacio. El celular de Lucho recibe una llamada. Es Morgana que lo invita a beber unos drinks. Miguel Ignacio le ordena que vaya con ella. Miguel Ignacio se queda solo y está mirando el retrato de Otto. Lucifer le anuncia que tiene una visita. Se trata de Gladys.

Teresa se encuentra con Pepe, Tito y Manolo que están bebiendo cerveza. “¿No me van a servir?”, pide y Manolo le sirve. “Estoy viendo a cuatro Teresas”, dice. “¿Y cuál es la verdadera?”, pregunta Teresa. “¡Esta!”, dice Manolo y la besa en los labios ante el asombro de Pepe y Tito.

Francesca va en busca de Grace en la casa de los González. “Grace, tienes que recuperar a tu familia”, le dice angustiada. “No tiene que hablar conmigo sino con Nicolás. Yo no fui infiel”, responde. “Nuestro matrimonio no tiene salvación. No quiero verlo y no pienso perdonarlo. Odio a Nicolás”, le dice. “Nicolás te ama a ti y tú amas a Nicolas. ¿Has pensado en Nelly Francesca y lo difícil que será que se acostumbre a su nueva situación?”, le dice.

Gladys le lleva unos juanes a Miguel Ignacio. “Espero que todavía no hayas almorzado”, le dice y él le dice que no lo ha hecho. “Huele riquísimo”, añade. “Hice los juanes deliciosos”, responde Gladys. “No, me refiero a tu perfume”, señala Nachito. “Es uno que tú me regalaste hace tiempo”, responde Gladys. Miguel Ignacio se dispone a comer los juanes que acompaña con ají de cocona.

Manolo totalmente ebrio sigue besando a Teresa y empieza a sacar los muebles de la azotea de los González. “Necesito espacio”, dice. Luego se arrodilla y le pide matrimonio a Teresa quien no sale de su asombro lo mismo que Pepe y Tito.

Morgana y Lucho están sentados en un bar. “Brindo por el hombre más importante de la constructora”, le dice. “El hombre más importante es el ingeniero De las Casas”, responde Lucho. Pero ella insiste en que él es el hombre de las ideas y que Miguel Ignacio obedece lo que él le dice. “¿Cuál es el último proyecto que has aprobado?”, le pregunta. “Me gustaría de invertir más en la constructora”, añade. Lucho le cuenta que la constructora estará a cargo de la construcción de unos condominios en una isla y de una cadena de hoteles, proyectos que están a punto de firmarse.

Miguel Ignacio y Gladys conversan sobre Otto y la reacción que tendría con Isabella. “Ella no le puede decir nada porque es mi hijo”, le dice. “¿Y a mí también me defenderías?”, pregunta Gladys. Miguel Ignacio dice que sí. “Pero te vas a casar con ella. ¿La amas?”, insiste. “Sí, la amo”, responde Nachito.

Francesca le insiste a Grace que debe salvar su matrimonio. “Lo he intentado hacer muchísimas veces pero esta vez no lo haré. No pienso perdonar a Nicolás. No quiero saber nada de él. Ahora para mí él es el innombrable y estoy dispuesta a firmar el divorcio”, le responde a la abuela de Nicolás.

Fernanda tiene que bañarse en agua fría ya que no les alcanzó dinero para alquilar un departamento con agua caliente. Suena el celular de Joel y es Cayetana. “Te llamo para avisarte que mi oferta sigue en pie”, le dice mientras Fernanda da de alaridos porque no soporta el agua fría.

Morgana y Lucho siguen en el bar y él le cuenta que antes de trabajar en la constructora era agente vendedor de insumos textiles. Ella considera todo muy emocionante. Lucho debe ir al baño. Morgana recibe una llamada a su celular. “Sí, estoy con él. Te he dicho que no me llames”, dice y corta.

Susú e Isabella ven desde su terraza que Manolo le está pidiendo matrimonio a Teresa. “Acepta esta chapita en señal de nuestra unión para siempre”, pide Manolo. “Ay no sé qué decir, me agarras de sorpresa… ¡Está bien, acepto!”, dice Teresa. “¡Esos no va a opacar mi boda que será espectacular! ¡Y tú my best pinky friend serás my wedding planner!”, grita Isabella seguida en los gritos por Susú.

Gladys se despide de Miguel Ignacio y le dice que solo vino a desearle felicidad en su matrimonio y a traerle los juanes. “¿Y cuándo podré ver a Otto?”, pregunta. “Solo tendrás que cruzar la pista porque me estoy quedando en casa de los González”, le dice Gladys tras lo cual deja la oficina. Una vez solo Miguel Ignacio se queda pensado. “Entre el amor verdadero y el dinero, me quedo con el dinero”, dice.

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