Lo que no sabe la esposa de don Bruno, es que el mayordomo Peter la ha visto besándose con un joven llamado Darío en la sala de la casa de los Maldini.
Tocan la puerta de la casa de los Maldini, Peter abre la puerta y se encuentra a un joven vestido de príncipe. “¿Está Susú?”, pregunta el joven. Peter lo hace pasar y el joven se sienta en el sofá. Llega Bruno y se sorprende de encontrar a un hombre disfrazado.
“Soy Darío, soy el príncipe de Susú”, se presenta. “¡¿Cómo que el príncipe de Susú?!”, exclama indignado. Susú baja del segundo piso sorprendida de encontrar a Darío en la casa. “Trabajamos juntos en el show y ha venido porque vamos a ensayar”, responde. Y luego le dice a Darío que es el momento de ensayar el vals real, corre y pone la música y se ponen a bailar.
Bruno decide quedarse a verificar que el ensayo sea eso y no otra cosa porque ya los celos empiezan a hacer presa de él. “¿Qué te pareció el baile?”, le pregunta Susú a Bruno. “Bueno, estuvo bien”. “¿Y si ensayamos la parte en que la princesa se desmaya y el príncipe la debe despertar con un beso?”, sugiere Darío. Bruno se sorprende por la frescura del joven. “Es solo un beso en la mejilla. Mejor ensayamos la parte final”, dice Susú. “Está bien”, responde Darío.
Bruno decide retirarse a descansar pues se cansó de ver tanto ensayo. Cuando se quedan solos Darío se acerca a Susú y la empieza a besar. “Vine porque no me podía contener”, le dice y la sigue besando. Lo que no saben es que Peter los está mirando totalmente sorprendido desde la segunda planta de la casa.
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