ICE implementó una nueva directiva que ordena volver a utilizar el término “alien” en sus comunicaciones oficiales, reemplazando “inmigrante” o “no ciudadano”.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) ha emitido una nueva directiva que ordena a sus empleados utilizar el término "alien" en vez de "inmigrante" en todas sus comunicaciones internas y externas. Esta medida, impulsada por el nuevo director interino de la agencia, Caleb Vitello, fue implementada y distribuida a los líderes del organismo. La decisión revierte una política de 2021 que había reemplazado "alien" por "noncitizen" (no ciudadano) para una terminología más inclusiva.
Grupos de derechos de los inmigrantes han criticado el uso del término "alien" por considerarlo deshumanizante y ofensivo, debido a su connotación en el discurso político conservador. Sin embargo, la administración de Donald Trump ha decidido reinstaurarlo como parte de su estrategia de endurecimiento de políticas migratorias, la cual incluye también el fin de la ciudadanía por nacimiento, la declaración de emergencia nacional en la frontera y la reactivación del programa "Quédate en México".
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El impacto de la nueva terminología en la política migratoria
El cambio en el lenguaje utilizado por ICE es parte de una estrategia más amplia para reforzar la aplicación de las leyes de inmigración en EE.UU. Por otro lado, las solicitudes de asilo en la frontera han quedado en suspenso tras la eliminación de la aplicación de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), que permitía a los inmigrantes agendar citas para sus peticiones.
Como consecuencia, el gobierno de México ha comenzado a construir albergues en Matamoros y Ciudad Juárez para atender a las personas afectadas por esta política.
Repercusiones y reacciones a la nueva política migratoria
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) también anunció que ICE podrá llevar a cabo arrestos de indocumentados en lugares previamente considerados restringidos, como iglesias, hospitales y escuelas. Asimismo, el Departamento de Justicia instruyó a los fiscales federales a investigar y presentar cargos penales contra funcionarios estatales y locales que no cooperen con la aplicación de las nuevas directrices migratorias.
Las medidas implementadas han generado una fuerte reacción de líderes religiosos y defensores de los derechos humanos. La obispa Mariann Edgar Budde, en un discurso en la Catedral Nacional, instó al presidente Trump a mostrar misericordia hacia los inmigrantes y la comunidad LGBTQIA+. A pesar de las polémicas, la administración continúa firme en su intención de deportar millones de inmigrantes en los próximos años.
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