Marco Rubio, designado como secretario de Estado por Donald Trump, enfrenta el reto de equilibrar sanciones contra regímenes autoritarios y fortalecer alianzas en América Latina.
Con el anuncio de Marco Rubio como próximo secretario de Estado en la administración de Donald Trump, la política exterior de Estados Unidos hacia América Latina podría adoptar un enfoque más contundente. Reconocido por su postura crítica hacia gobiernos como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua, Rubio plantea una estrategia que combina sanciones económicas y presiones diplomáticas con la intención de debilitar a los regímenes autoritarios y fortalecer alianzas con países aliados.
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Sanciones económicas y presión diplomática
Rubio, el primer hispano en ser designado para el cargo, ha sido un defensor de las sanciones como herramienta para enfrentar a los gobiernos de izquierda en la región. Durante el primer mandato de Trump, el senador desempeñó un papel clave en las medidas contra Venezuela, incluyendo sanciones al sector petrolero y el reconocimiento fallido de Juan Guaidó como líder legítimo. Según análisis publicados en BBC Mundo, Rubio buscará aplicar una estrategia de "máxima presión" similar, centrada en sanciones más severas a empresas y gobiernos que mantengan vínculos con los regímenes de Nicolás Maduro y Daniel Ortega.
En el caso de Cuba, expertos como Orlando Gutiérrez, del Directorio Democrático Cubano, consideran que Rubio podría liderar un frente internacional para exigir elecciones libres y multipartidistas en la isla. Por su parte, Cynthia Arnson, del Wilson Center, ha advertido que el enfoque de sanciones podría tener consecuencias significativas para las poblaciones civiles, exacerbando las tensiones sociales y económicas.
Nuevas alianzas y retos diplomáticos
Aunque Rubio ha sido un crítico constante de líderes de izquierda en América Latina, también ha mostrado interés en fortalecer relaciones con gobiernos de derecha o centroderecha. Durante una reciente gira, respaldó a líderes como Javier Milei en Argentina y Santiago Peña en Paraguay, subrayando la necesidad de contrarrestar la influencia de China en la región. Sin embargo, su historial de declaraciones polémicas hacia mandatarios como Gustavo Petro y Luiz Inácio Lula da Silva plantea dudas sobre su capacidad para construir relaciones sólidas con países estratégicos.
En declaraciones para Telemundo, el profesor Eduardo Gamarra destacó que, aunque Rubio cuenta con una comprensión profunda de los problemas regionales, su enfoque confrontativo podría dificultar la construcción de alianzas duraderas en una región diversa y políticamente dividida.
Video: YouTube | Univision Noticias
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