El polvo del Sahara reduce la calidad del aire y puede agravar enfermedades respiratorias; autoridades recomiendan tomar precauciones para proteger la salud.
Una combinación poco común amenaza la calidad del aire en la Costa Este de Estados Unidos: el humo de más de 200 incendios forestales activos en Canadá se mezcla con una enorme nube de polvo proveniente del Sahara. Según el Centro Interinstitucional Canadiense de Incendios Forestales, 71 de estos incendios están fuera de control, afectando especialmente a Columbia Británica, Alberta y Saskatchewan.
Las partículas de humo han alcanzado ciudades como Chicago, Detroit y Toronto, y se espera que se extiendan hacia estados del sur, incluyendo Florida, aunque permanecen en capas altas de la atmósfera, lo que principalmente intensificará los colores de los amaneceres y atardeceres sin riesgos inmediatos para la salud.
Simultáneamente, una gigantesca nube de polvo del Sahara, de aproximadamente 3,200 por 1,200 kilómetros, avanza hacia la Costa del Golfo, aumentando la espectacularidad del cielo esta semana. El experto en huracanes Alex DaSilva destacó que este fenómeno es la mayor nube sahariana que ha llegado a América este año.
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El polvo del Sahara: un riesgo para la salud respiratoria en Estados Unidos
El polvo del Sahara, que en estos días está llegando a la Costa Este y al sur de Estados Unidos, puede representar un riesgo significativo para la salud, especialmente en personas con problemas respiratorios.
Quienes padecen asma, EPOC u otras afecciones pulmonares podrían experimentar un empeoramiento de sus síntomas debido a la disminución en la calidad del aire. Además de las dificultades para respirar, el polvo puede causar irritación en los ojos y en la piel.
Las partículas suspendidas en el aire también podrían transportar bacterias, lo que aumenta la preocupación sanitaria. Por ello, las autoridades recomiendan tomar precauciones como mantenerse bien hidratado, usar ropa ligera, evitar actividades al aire libre durante los periodos de mayor concentración de polvo y protegerse con anteojos y tapabocas.
Estos cuidados son fundamentales para reducir los efectos adversos mientras la nube de polvo sahariano permanece sobre la región, afectando la calidad del aire y la salud pública.
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