Operativos recientes de ICE en sitios de obra están causando escasez de mano de obra, encarecimiento de proyectos y preocupación entre trabajadores latinos en EE.UU.
En las últimas semanas, ICE intensificó operativos en sitios de construcción de Estados Unidos, deteniendo a más de 100 trabajadores en Florida, Texas, Nueva York y California. La medida ha generado un impacto inmediato en la industria de la construcción, que depende en un 30–50 % de mano de obra inmigrante, en su mayoría latina.
Los efectos trascienden lo laboral: proyectos detenidos, aumentos en los costos de construcción y ansiedad entre los trabajadores, quienes temen ser arrestados aun cuando tienen estatus legal temporal.
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Florida fue uno de los focos más significativos, con una gran redada en Tallahassee, donde más de 100 personas fueron arrestadas durante la construcción de un complejo de vivienda estudiantil. Operativos similares se registraron en Brownsville (Texas), Queens (Nueva York) y Nueva Orleans. En Nueva York, alrededor de la mitad de los 200 obreros en una obra residencial cercana a Florida State University no regresaron a sus casas esa noche.
La Asociación Nacional de Constructores de Viviendas (NAHB) indica que uno de cada cuatro trabajadores en el sector residencial es inmigrante, y más del 30 % son latinos. Al detectar una pérdida abrupta de mano de obra, proyectos se paralizan, plazos se alargan y los costos se encarecen.
Mercado paralizado y tensión social
El temor se ha extendido no solo entre trabajadores indocumentados, sino también entre quienes poseen estatus legal o visas de trabajo. Organizaciones comunitarias reportan notable descenso en la asistencia a obras y la presunta preferencia por tareas informales en estacionamientos de tiendas como Home Depot, donde antes abundaba la contratación de jornaleros.
En California, un análisis del Los Angeles Times revela que trabajadores nacidos en el extranjero conforman entre el 40 % y el 60 % de la fuerza laboral en sectores clave: construcción, hostelería, salud y agricultura. Con esta dependencia, cada redada no solo perturba el empleo, sino que tiene repercusiones en el mercado de vivienda, servicios y economía local.
Repercusiones y caminos posibles
Expertos como la académica Betsey Stevenson de la Universidad de Michigan advierten que al extraer trabajadores esenciales, se encarece la construcción y se profundiza la crisis habitacional. Fitch también alerta que una reducción masiva y sostenida de inmigrantes podría frenar el crecimiento de la fuerza laboral bajo del 0,3 % anual, afectando a entidades públicas como distritos escolares.
Mientras tanto, empresarios recurren a pagar mayores salarios o buscar contratos temporales, pero advierten que sin una reforma migratoria que facilite visas laborales (H‑2B, EB‑3), la escasez podría prolongarse y encarecer viviendas y obras públicas.
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