El estado de Texas pone fin a más de dos décadas de acceso a matrícula reducida para jóvenes indocumentados.
En un giro histórico, el estado de Texas revocó oficialmente la matrícula estatal para estudiantes indocumentados, conocidos como dreamers, tras llegar a un acuerdo con el gobierno federal. El anuncio se produjo después de que el Departamento de Justicia amenazara con demandar al estado por supuestamente otorgar beneficios educativos a extranjeros que no están disponibles para ciudadanos estadounidenses.
El gobernador Greg Abbott y el fiscal general Ken Paxton confirmaron la decisión. “La matrícula estatal para inmigrantes indocumentados ha sido permanentemente prohibida en Texas”, afirmó Abbott en su cuenta de X. Paxton, por su parte, celebró el fallo judicial como “una gran victoria para Texas” y destacó que se trataba de “abolir una disposición discriminatoria y antiamericana”.
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Desde 2001, el Texas Dream Act permitía que jóvenes indocumentados que se graduaban de escuelas secundarias en el estado accedieran a matrícula universitaria reducida, similar a la que pagan los residentes legales. Esta medida también les otorgaba acceso a ayudas financieras, lo que abría la puerta a una educación superior más asequible.
Sin embargo, el juez federal Reed O'Connor declaró inconstitucional la ley, argumentando que discriminaba a ciudadanos estadounidenses al ofrecer ventajas a personas en situación migratoria irregular. Texas no apelará el fallo, lo que marca el fin definitivo de este beneficio. La demanda original fue impulsada por la administración de Donald Trump, alegando una violación al principio de igualdad ante la ley.
Organizaciones proinmigrantes como el American Immigration Council han advertido que esta revocación impactará a miles de jóvenes que contribuyen activamente a la economía del estado. Ahora, muchos dreamers deberán enfrentar matrículas hasta tres veces más altas para continuar sus estudios.
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