El presidente Trump asistirá a la apertura del centro de detención “Alligator Alcatraz” en los Everglades, medida criticada por ambientalistas.
El presidente Donald Trump visitará esta semana el nuevo centro temporal de detención migratoria en los Everglades, apodado “Alligator Alcatraz” por su entorno selvático con caimanes y cocodrilos. La instalación, solicitada por la secretaria de Seguridad Kristi Noem y apoyada por el gobernador DeSantis, forma parte de la estrategia de la administración para expandir la capacidad de detención y deportación.
Desde enero, el número de migrantes bajo custodia federal aumentó de 39.000 a 56.000, y la apertura de este centro refleja un reforzamiento del enfoque duro con la inmigración irregular.
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Seguridad natural frente a críticas ambientales
Ubicado en una antigua pista aérea en Big Cypress, “Alligator Alcatraz” ofrece barreras naturales que reducen costos de seguridad, según las autoridades. Su capacidad para albergar hasta 5.000 detenidos lo hace uno de los centros más grandes del país.
No obstante, grupos ambientalistas y comunidades nativas han alzado la voz: advierten que la construcción pone en riesgo especies endémicas y compromete zonas sensibles de los Everglades, pidiendo detener su apertura.
Impacto político y simbólico
La visita de Trump refuerza su mensaje de firmeza migratoria, dirigida a su base política, y contrasta con la postura del gobierno de Biden. Promotores destacan su trascendencia para reforzar el control fronterizo, pero críticos consideran la medida drástica e inhumana.
Este suceso puede influir en la próxima campaña electoral y genera atención sobre la forma en que EE.UU. maneja la detención y deportación de migrantes.