La FWC evalúa permitir la caza anual de osos negros desde diciembre, pese al rechazo del 92% de los ciudadanos y datos científicos desactualizados.
Florida se encuentra ante un punto de inflexión que podría marcar la política de conservación de su fauna para los próximos años. La Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre (FWC, por sus siglas en inglés) ha presentado una propuesta para reinstaurar la caza regulada del oso negro de Florida, una práctica suspendida desde 2015. El anuncio ha reavivado un encendido debate entre autoridades, ambientalistas y residentes.
El plan, descrito por la FWC como una “opción conservadora”, contempla una temporada limitada de caza este diciembre y una apertura anual entre octubre y diciembre desde 2026. Las condiciones incluyen permisos de caza mediante sorteo, con un costo de U$D 100 para residentes y U$D 300 para foráneos. Las Unidades de Gestión de Osos (UGC, por sus siglas en inglés) definirán las zonas habilitadas, priorizando aquellas con más de 200 ejemplares. En su etapa inicial, se emitirán solo 187 permisos.
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La respuesta ciudadana y ambientalista
La propuesta ha recibido duras críticas de organizaciones como Speak Up for Wildlife, cuyos voceros aseguran que el plan se basa en datos obsoletos de hace más de una década. Ambientalistas también han cuestionado los métodos permitidos para la caza, como el uso de perros o atrayentes alimenticios. “Esto no es gestión moderna, es barbarie”, sentenció James C. Scott, vocero de la organización.
Además, las normas propuestas contradicen el plan de manejo aprobado por la propia FWC en 2019. La preocupación no es menor: en 2015, cuando se reabrió brevemente la caza, se mataron 300 osos en solo dos días, muy cerca del tope de 320, lo que obligó a cancelar anticipadamente la temporada y dejó un precedente preocupante.
Aumento de incidentes entre osos y humanos aviva el debate
El argumento de quienes respaldan la medida se ha fortalecido tras el primer ataque mortal registrado en Florida. En mayo, un hombre de 89 años murió en Collier tras ser atacado por un oso que hurgaba en la basura. Este hecho ha llevado a algunos funcionarios a insistir en la necesidad de controlar la población de osos para evitar futuros incidentes.
Aunque la FWC insiste en que mantener la basura segura puede evitar este tipo de encuentros, la creciente interacción entre humanos y fauna silvestre se ha convertido en un factor de presión. El oso negro de Florida, que fue considerado especie amenazada hasta 2012, ha incrementado su población a aproximadamente 4 000 ejemplares. No obstante, expertos aseguran que ese dato es insuficiente para justificar una caza sin estudios recientes.
La decisión aún no está tomada, pero polariza al estado
Las cifras reflejan una oposición contundente. Un sondeo del Naples Daily News revela que el 92% de los encuestados rechaza la caza de osos, mientras que otro estudio, encargado por Humane World for Animals, muestra que el 89% está en contra del uso de perros. Organizaciones como Bear Warriors United y Bear Defenders exigen postergar la votación hasta que se cuente con evidencia científica actualizada.
La propuesta será debatida esta semana, el 21 y 22 de mayo, durante la reunión trimestral de la FWC en Ocala. La votación final está prevista para agosto, pero desde ya, miles de floridanos se están organizando para frenar lo que consideran un serio retroceso en la protección de una de las especies más representativas del estado.
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