Por ello los padres de familia deben monitorear en forma permanente el uso que hacen sus hijos del Internet.
Los casos de ciberbullying o acoso a través de las redes sociales a escolares se han incrementado en nuestro medio en forma alarmante, ante lo cual los padres de familia deben monitorear de manera permanente el uso que hacen sus hijos del Internet.
Enrique Macher Ostolaza, director Instituto de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Nogushi, señaló que esta modalidad de ciberacoso se presenta especialmente en la edad escolar, como ocurre también en las mismas escuelas.
Detalló que se define como el uso perverso de la tecnología, en especial de las redes sociales, por parte de uno o varios menores para agredir a un tercero al otro lado de la línea, el que la mayoría de veces calla por temor.
Macher Ostolaza refirió que cada vez llegan más historias de este tipo de abuso a las consultas de dicho nosocomio. Advirtió que es necesario que los padres estén advertidos, especialmente aquellos que compran celulares, computadoras y aparatos de última generación que usan sus hijos para comunicarse.
"Hay que monitorear a los chicos todo el tiempo. Eso de la privacidad y de la confidencialidad está bien, pero no significa que no revisen todo, muchos padres han perdido el orden de las cosas, no hay liderazgo en la familia, no hay organización familiar, no hay respeto por las reglas y menos por los valores", expresó.
Al igual que en el bullying físico, los casos de ciberbullying se presentan de manera individual o en grupo, cuando se toma “de punto” a una víctima, generalmente, niños y niñas de colegio a partir del sexto grado de primaria en adelante, precisó.
Advirtió que el tema es especialmente grave porque se expande rápidamente, más aún ahora que cualquiera puede tener un celular y una computadora".
Los niños que aplican o son víctimas del ciberbullying experimentan cambios de conducta que los padres deben saber identificar.
Si el chico se convierte en abusador se vuelve más independiente, sale más de la casa, no da cuenta de sus actos, se vuelve agresivo y respondón. Del otro lado, si el niño es víctima se vuelve más retraído, irritable y aislado.
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